Amas de casa impactadas porque el kilo de cebollas se ubicó en Bs. 2000
Las hallacas para la cena de fin de año probablemente no contendrán cebolla, porque el precio de este producto se disparó de manera exorbitante. “No hay que comprarla para que se vean obligados a bajarla”, aseveró el ama de casa Moreiba Salazar
Las hallacas para la cena de fin de año probablemente no contendrán cebolla, porque el precio de este producto se disparó de manera exorbitante. “No hay que comprarla para que se vean obligados a bajarla”, aseveró el ama de casa Moreiba Salazar
Niurka Franco
El alza que experimentó en solo dos semanas, el kilo de cebollas hizo que las amas de casa que buscaban este domingo el producto, quedaran “boquiabiertas” al constatar que de Bs. 800 hace dos semanas, pasó a Bs.2000.
“Eso es una grosería, lo que están haciendo es una especulación, yo no la compraré porque no estoy dispuesta a permitir que me roben, sostuvo el ama de casa Moreiba Salazar, quien comentó que sus hallacas para la cena de fin de año no llevarán cebolla.
Aunque en las ferias de hortalizas el producto se cotizaba en Bs. 1 600 y Bs. 1 700, la calidad en algunos casos fue cuestionada, pues los compradores alegaban que estaban humedecidas y muy pequeñas.
La cebolla, al igual que el pimentón, aceitunas, alcaparras y pasas, constituyen ingredientes fundamentales para la preparación del plato típico navideño del venezolano, como es la hallaca, pero para fin de año al parecer, el manjar será elaborado reinventando la receta y adecuándola al bolsillo, pues todos esos ingredientes además de escasos, están por la nubes.
Así está la economía Venezolana previa a las elecciones parlamentarias del #6D
Venezuela llega a las elecciones del 6 de julio con una economía en franca recesión, azotada por una hiperinflación que ha empobrecido a los venezolanos
Venezuela llega a las elecciones del 6 de julio con una economía en franca recesión, azotada por una hiperinflación que ha empobrecido a los venezolanos
Con información de Bloomberg
El Producto Interno Bruto (PIB) de este país de 30.8 millones de habitantes ascendía a unos 510,000 millones de dólares al finalizar 2014. Según el consenso de analistas de Bloomberg, al 30 de noviembre pasado, la caída para 2015 será de 8%, y se espera otro retroceso de 3.5 adicional en 2016.
Esto sucede en el peor escenario posible, en el cual la caída del consumo no puede contrarrestar una inflación que rondará el 126.8% el año que termina y que se aceleraría a 175% en el siguiente.
Las finanzas públicas terminarán el año con un déficit fiscal equivalente a 11.5% del PIB, superior a los peores años de la crisis española (2009-2012).
En gran parte, la caída de los precios del petróleo es el peor viento en contra para la economía de Venezuela, cuyas exportaciones caerán de 77,000 millones de dólares (mdd) en 2014 a 43,000 mdd en 2015, según estimaciones no oficiales.
Las exportaciones no petroleras no son capaces de compensar esta caída, toda vez que apenas sumaron 2,573 mdd hasta octubre de 2014 y difícilmente llegarán a los 4,200 mdd, como anunciaba el gobierno venezolano en octubre pasado, con productos como cacao, flores, camarones y chocolate.
En comparación, las exportaciones no petroleras de Colombia sumaron 19,000 mdd; las de México, superaron los 350,000 mdd.
Anzoatiguenses afirman que compras nerviosas quedaron para el recuerdo
En otras épocas los días previos a cualquier proceso electoral, estaban dedicados a la compra de alimentos, sobre todo no perecederos “por si las moscas” decían, hoy la inflación y la escasez solo permiten adquirir lo estrictamente necesario
Niurka Franco
Casi que por tradición, en Venezuela cada proceso electoral que se realizara, estaba precedido de compras nerviosas, por un “por si a las moscas” decían algunos, aunque la historia se ha encargado de poner en evidencia que tal costumbre carecía de sentido.
“Siempre nos apertrechábamos que si con una caja de atún o sardinas, pasta por demás, harina pan y arroz, pero eso quedó para el recuerdo porque no hay y si se consigue es carísimo”, asegura Carmen Gómez, tras referir que en dos latas de atún se le fueron 1400 bolívares.
Un recorrido por algunos establecimientos de Barcelona y Lechería, permitió constatar que hay movimiento de usuarios, pero las compras limitadas por los controles que implica la venta por terminal de cédula.
Maritza Peña contó que decidió comprar a los revendedores una paca de arroz en 4 mil 500 bolívares, “no por temor a que ocurra algo, sino porque no tengo tiempo para hacer colas”.
Al comentario de la joven mujer se sumó el de su esposo, Jesús Ramos, para detallar que desde que se agudizó la crisis de escasez, han tenido que ingeniárselas para comprar comida a los revendedores, aunque les resulte más cotoso. “De lo contrario nos quedamos sin provisión porque no podemos pasar seis o siete horas en colas”.
Se mostró escéptico respecto a la posibilidad de que ocurra alguna situación irregular “Aquí no pasará nada, quienes están corriendo esa bola lo hacen para que la gente no vaya a votar”, sostuvo.
Entre tanto Amilcar Hurtado manifestó que ha hecho algunas compras de alimentos para no tener que salir el fin de semana, pero advierte que han sido “normalitas”, porque no hay dinero para almacenar. “Eso era antes, cuando se conseguía de todo, hoy ni huevos, porque desaparecieron”.
A cuatro días para las elecciones parlamentarias, muchos anzoatiguenses consultados por El Mercurio Web a las puertas de establecimientos comerciales dijeron no tener miedo y que votarán temprano el próximo domingo.
Cinco factores que atentan contra la tradición navideña
Red por la defensa al Trabajo, la Propiedad y la Constitución realizó un estudio de la situación que vive el país como consecuencia de las erráticas políticas del gobierno que hoy impiden hasta la celebración de la navidad
Red por la defensa al Trabajo, la Propiedad y la Constitución realizó un estudio de la situación que vive el país como consecuencia de las erráticas políticas del gobierno que hoy impiden hasta la celebración de la navidad
Redacción
La temporada decembrina, estará afectada por cinco factores antagónicos y limitativos a nuestras tradicionales fiestas navideñas, estos son: Constante disminución del poder adquisitivo, escasez, volatilidad de precios, largas colas y reventa.
Analizaremos cada uno de ellos y explicaremos el por qué de sus efectos en lo que ha sido una tradición familiar que siempre permitía a los venezolanos adquirir y consumir productos propios de la época, tradición que se ha mantenido durante años, pero que ahora es prácticamente imposible continuar ante la crisis a la que han conducido las malas políticas del gobierno.
Constante disminución del poder adquisitivo: los salarios están sometidos a una merma constante y, cuando comparamos los ingresos familiares de los últimos 24 meses, estos se han reducido considerablemente. La principal razón de ello es la creciente inflación que reduce el poder adquisitivo de los venezolanos. Al comparar lo que se podía adquirir en enero de este año al mes de octubre, se observa una disminución en la capacidad de compra a menos de un 50% de los mismos artículos adquiridos anteriormente. Significa una dramática caída del poder adquisitivo, que a pesar de los incrementos salariales tiene una merma real. Siendo la elevada inflación causada por la política monetaria expansiva del Banco Central al colocar elevados volúmenes de dinero inorgánico en el circulante.
1. Escasez: Es la de mayor impacto en las familias y sus tradiciones porque limita la adquisición de esas acostumbradas compras decembrinas, a las que estamos habituados, sus altos niveles son preocupantes con porcentajes de los más elevados que se hayan podido observar desde la década de los 40 en la época de la segunda guerra mundial.
3. Volatilidad en los precios: Se observa en el constante aumento de valor de cualquier artículo o mercancía, que van desde un par de zapatos a un repuesto para un aire acondicionado y es la mejor evidencia de la volatilidad constante de precios. Algunos cambian de semana a semana, y lo observamos en el momento de tratar de adquirir cualquier producto que se necesite, el no comprarlo en ese momento, nos significa mayor costo luego. Lo más angustiante es sostener los precios de los presupuestos durante la realización de reparaciones o mejoras que se intenten hacer a un vehículo, vivienda, electrodomésticos, equipo o maquinaria.
4. Largas colas: Estas se hacen mayores cada día, lo observamos ya no solo para adquirir alimentos, también en los artículos esenciales para el aseo personal, baterías, cauchos, etc. Se ha convertido en un drama para los venezolanos ya que muchas veces después de hacer la cola, al tocarle el turno se ha acabado el producto. Se observan a lo largo y ancho del país y en cualquier establecimiento público o privado a donde llegue alguno de estos productos de mayor consumo o necesidad. Es la que genera mayores angustias y malestar en los consumidores por las dificultades que tienen que soportar quienes hacen las colas como medio de acceder a los productos regulados y subsidiados.
5. Reventas: A pesar de los operativos implementados de control por los organismos públicos, esta práctica ha continuado su crecimiento a lo largo y ancho del país. La misma está relacionada a los altos niveles de escasez ya que los consumidores se ven obligados a comprar en este mercado los artículos que necesitan y no consiguen. Se estima que el porcentaje de productos y mercancías que se obtienen por la reventa, fluctúa entre un 20% a 40% del total del consumo. Los productos más escasos son los que van en mayor volumen a este mercado informal con precios muy por encima de los regulados.
No hay solución mágica a las limitantes que le corresponde vivir a las familias venezolanas en ésta temporada decembrina, las cuales estarán afectadas por estos cinco factores que tendrán su impacto en las tradicionales fiestas navideñas al no poder cubrir las expectativas de consumo que son tradición en esta época del año para los venezolanos.
Anticonceptivos desaparecen apenas llegan a farmacias
Las pastillas contraconceptivas van desde Bs. 150 a Bs. 600 enfarmacias grandes y se agotan muy rápido. Los preservativos masculinos se encarecieron demasiado, llegando a costa hasta Bs. Mil
Las pastillas contraconceptivas van desde Bs. 150 a Bs. 600 enfarmacias grandes y se agotan muy rápido. Los preservativos masculinos se encarecieron demasiado, llegando a costa hasta Bs. Mil
Juan Afonso
Los anticonceptivos de vía oral tienen actualmente una altísima demanda, pero muy poca oferta. Estos productos apenas llegan a una farmacia, se agotan rápido. Al menos así lo expone la dependiente de Farmacias SAAS en el centro de Puerto La Cruz, Eygres Vicente, al alegar que hace una semana les había llegado y costaba Bs. 198.
“Preservativos sí tenemos en Bs. 424 y Bs. 627. Cada caja trae tres unidades”, relató Vicente. En Farma Bien, el encargado del local, José González, dijo que recientemente recibieron uno de marca Yas y se acabó rápido. Relató que las cantidades que mandan desde los laboratorios es siempre inferior a las 10 unidades. “Nos hacen llegar al menos seis unidades del producto cada 15 días, que es el lapso en que hacen los envíos. El precio es relativo, depende del laboratorio que lo mande”, expuso. Dijo que con los preservativos ocurre lo mismo, y aunque están en exhibición, el precio es muy elevado para el comprador. “Venían en precios que si Bs. 150, y ahora va por Bs. 1000, que es el más costoso que hay.
La gente está dejando de comprarlos por eso”, argumenta Gómez. En farmacias más pequeñas, los dependientes no pueden abaratar los costos. Al menos así lo dice Jorge Tuduel, quien atiende un local en la avenida Gulf. “Lllevo dos meses sin vencer anticonceptivos por los costos. Si pido algo, por ejemplo, preservativos, estos tendría que venderlos a Bs. 600 o más. Esto es general, pero afecta a los locales más pequeños”.
Ciudadanos ven inalcanzable comprar o alquilar una casa
Los altos precios producto de la inflación echan por tierra el anhelo de toda familia de adquirir un piso propio
Pocas son las ofertas para alquilar o comprar vivienda en la zona Foto: Archivo
Los altos precios producto de la inflación echan por tierra el anhelo de toda familia de adquirir un piso propio
Juan Afonso
Lo que más se escucha en la calle es que la plata solo alcanza para medio comer. Si partimos de esa frase, entonces vale decir que hoy nadie piensa en comprar una casa, apartamento o recurrir a un alquiler.
El Mercurio Web llegó a estas conclusiones tras consultar a varias personas en las calles. Uno de los encuestados es el vendedor Héctor Plaza, quien aunque posee casa propia, no dejó de opinar sobre el tema.
"Los que querían comprar o alquilar básicamente se olvidaron de eso, porque no tienen con qué. La plata no da para eso y vender menos. Hoy quien tenga una casa, mejor que no la venda porque no podrá comprar otra luego".
El estudiante Luis Núñez alegó que ni con un crédito se podría cubrir el costo de una vivienda en el país. "Ni siquiera puedo pensar en alquilar un techo. Yo vivo con unos tíos y quisiera independizarme en ese aspecto, pero no se puede. Ni que vaya a pedir un crédito me servirá para lograrlo. La inflación se come cualquier cifra en segundos", relató.
El ama de casa Amaya Londoño, quien alegó que no puede pensar en formar familia en estas condiciones. "Antes de casarme o algo debo pensar en dónde nos vamos a meter. El mercado inmobiliario está muerto".
Sobre el tema, José Ramón de Los Ríos, directivo de la Cámara Inmobiliaria del estado Anzoátegui, asegura que mientras no existan reglas clara de juego, el sector continuará deprimido.
Además precisa que la falta de divisas y la escasa producción de materiales tales como cemento, cabillas etc, hace que se torne mucho más costoso, por lo que los únicos que están en capacidad de construir, son los ejecutores de la Misión Vivienda, en contraposición al sector privado.
“El venezolano común se endeuda para comprar comida y medicinas”
Benito Gómez, especialista en materia administrativa y económica reitera que la inflación y la pérdida del poder adquisitivo ha llevado a las familias a comprometer su ingreso a través del uso de tarjetas de crédito para poder sobrevivir al alto costo de la vida
Benito Gómez, especialista en materia administrativa y económica reitera que la inflación y la pérdida del poder adquisitivo ha llevado a las familias a comprometer su ingreso a través del uso de tarjetas de crédito para poder sobrevivir al alto costo de la vida
Niurka Franco
Desde hace muchos años, el venezolano de a pie perdió la capacidad de ahorro, debido a la pérdida del poder adquisitivo consecuencia del alto nivel de inflación, situación que ha obligado a muchas familias a comprometer su ingreso mediante el uso de tarjetas de crédito, instrumentos utilizados casi de forma exclusiva al pago de comida y medicinas.
Así se desprende de lo dicho por el especialista en materia administrativa y económica, Benito Gómez, quien acota que frente a un panorama inflacionario como el existente en el país, ningún salario alcanzará porque la inflación siempre estará por encima.
Gómez, quien además fue presidente de la Federación de Colegios de Administradores de Venezuela estima que la situación económica resulta muy preocupante, porque el gobierno lejos de buscar salidas definitivas a los problemas, se distrae en paliativos, controles y otras medida que acentúan la crisis.
Al referirse al nivel de inflación, manifestó que muy pocas familias tienen capacidad para hacer frente a la escasez y el alto precio que en consecuencia, terminan exhibiendo los productos de primera necesidad.
Advierte que un padre de familia al ver que el ingreso no alcanza, tiene que buscar suplementos y el crédito es uno de ellos. “ Se cae en el uso de estos instrumentos que son de gran ayuda, pero resulta que a fin de mes, se encuentran con que la deuda es impagable”.
Este planteamiento fue ilustrado por Alejandra Goitia, quien comenta que trabaja como encargada de un local comercial y devenga 30 mil bolívares al mes (poco menos de dos salarios mínimos). “En realidad gasto esa misma cantidad con la tarjeta de crédito, comprando a diario lo que se va agotando, como el queso, el pan , el jamón que son necesarios para preparar la merienda de los niños porque darles el dinero para que compren no me garantiza que lo usen para comer y resulta más costoso”, alega.
Explica que cada mes amortiza deuda y continúa utilizando el crédito, el cual espera canelar en su totalidad con el dinero que reciba por utilidades. “Eso nunca lo había hecho, la tarjeta era para una emergencia de salud, una cartera, un perfume y hasta un viaje, pero nunca para comprar comida”.
Desde la perspectiva del catedrático Benito Gómez, esta situación es parte de las distorsiones que se han venido presentando en los últimos años, como consecuencia de las erradas políticas del gobierno, que se dedicó a cerrar empresas, a perseguir a empresarios y a la aplicación de controles de forma permanente, sin contar con las consecuencias, las cuales se evidencian en la marcada escasez, colas para comprar alimentos, “bachaqueo” y otras calamidades que afectan fundamentalmente a los estratos más débiles económicamente.
El rebusque se ha convertido en el modus vivendi de las mayorías
La crisis económica marcada por un alto índice de desempleo y aumento progresivo de la informalidad ha obligado a la población a inventarse las más inusitadas formas de enfrentar la inflación y la escasez
Venta de garage como mecanismo de rebusque | Foto: NF
La crisis económica marcada por un alto índice de desempleo y aumento progresivo de la informalidad ha obligado a la población a inventarse las más inusitadas formas de enfrentar la inflación y la escasez
Niurka Franco
La crisis económica que afecta el país ha llevado a miles de venezolanos, tanto profesionales como técnicos y obreros, a ingeniárselas para enfrentar la galopante inflación que devora el ingreso.
Aunque el Banco Central de Venezuela, desde hace nueve meses, no publica cifra alguna, de acuerdo con indicadores de Consecomercio, entre 2002 y 2012 habrían desaparecido alrededor de 170 mil empresas en el país, lo cual se tradujo en mayor desempleo.
Pese a que tampoco sobre este aspecto, el ente emisor ha dado indicador alguno, se estima que 50% de la población en edad de trabajar, se desempeña en el sector de la economía informal.
Ricardo Martínez es albañil, pero desde hace dos años trabaja como vigilante nocturno en un conjunto residencial de Barcelona. Además se dedica a pulir focos de vehículos, lo cual asegura, le permite redondearse un ingreso “medio decente”.
“La vigilancia es un trabajo más estable, pero el sueldo es muy bajo, hay que rebuscarse para poder sobrevivir porque la papa está demasiado cara”.
A la historia de Ricardo podríamos sumar la de miles de venezolanos que cada día se rebuscan un ingreso extra, ya sea ofreciendo sus servicios, vendiendo productos nuevos y usados ya sea a través de las redes sociales o mediante la ventas de garage hoy en boga.
Teresa Romero es una educadora jubilada que desde su pase a retiro de la educación, comenzó a ofrecer comidas delivery, actividad que a su juicio, no solo le proporciona grandes satisfacciones, sino también buenos dividendos.
“Reconozco que me cuesta horas de sueño, porque los productos no se consiguen y debo madrugar para “bachaquear”, pero aun así, es mejor que estar en un aula de clases, ganando una miseria sin ningún incentivo”, expone mientras afirma que en tres años de actividad ya pudo comprarse un vehículo aunque usado, para repartir las comidas.
Se estima que en el país se han perdido unos 800 mil puestos de trabajo en los últimos años por diversas razones, entre ellas las expropiaciones que tuvieron lugar en años anteriores y más recientemente la asfixia a la que han sido sometidos los sectores productivos.
El camarón está por las nubes porque está vigente el período de veda
Desde el pasado primero de octubre y hasta el 30 está prohibida la extracción, procesamiento, almacenamiento y cualquier utilización de éste crustáceo
Desde el pasado primero de octubre y hasta el 30 está prohibida la extracción, procesamiento, almacenamiento y cualquier utilización de éste crustáceo
Niurka Franco
Comprar camarones en la actualidad es un lujo y muy pocos comerciantes se atreven a vender esta exquisitez del mar, porque su precio puede fácilmente superar los 2 mil bolívares, entre otras razones, porque se encuentra en época de veda.
Esta fue la explicación dada por Juan “Juancho” Salazar, expendedor del sector Los Boqueticos, cuya oferta partía de 2 kilogramos por persona al precio de 1900 bolívares. “Ni más ni menos, porque no hay camarón, hasta el mes que viene cuando pase la veda”, aclaraba a cada potencial cliente.
La venta de este crustáceo según comenta el vivaz hombre de mar, ha disminuido considerablemente y su precio se elevó a casi el doble. “ Los que más compran este producto son los dueños de restaurantes, la gente común no tanto, porque pocos tienen para gastarse dos y tres mil bolívares para comérselos en una sola sentada”, asevera Juancho tras recalcar que después de cocido el camarón rinde poco.
Tanto en el referido mercado, como a nivel de particulares, son escasos los vendedores de mariscos que cuentan con camarones en su haber. La mayoría de estos asegura que será solo a partir de noviembre cuando comience de nuevo la venta del producto, tras el cese de la prohibición de su pesca.
¿Por qué la veda del camarón y hasta cuándo se aplica?
Se entiende por veda el periodo en que se prohíbe la captura de los animales para evitar la depredación de los recursos naturales y permitir su reproducción y subsistencia. En el caso del camarón, se hace necesaria pues de este periodo depende su crecimiento y reproducción y, por lo tanto, el de toda la cadena económica y de comercialización que de ahí se deriva.
Actualmente, en Venezuela el camarón y los langostinos, nombre comercial que se le da a los camarones de mayor tamaño, son parte de los recursos marinos más importantes y una fuente primordial de sustento para miles de familias de pescadores.
No obstante, este recurso presenta graves indicadores de sobreexplotación por ser muy apetecibles y de no tomarse las medidas necesarias, la seguridad económica de miles de pescadores y la sustentabilidad del recurso corren grave peligro.
La veda de camarón se aplica en dos etapas: la primera va del 1 de junio hasta el 30, tiempo a través del cual la reproducción alcanza su desarrollo adecuado. El 1 de octubre comenzó la segunda veda del año, y se prevé que finalice el 30 de este mes.
La ley de Pesca y Acuicultura, establece severas sanciones para quienes violen el período de veda y éstas van desde multas, hasta la suspensión de los permisos e incautación de los enseres de pesca.
El apoyo a la Vinotinto sale caro
Tanto las entradas como conseguir indumentaria representativo de la Selección Nacional de Fútbol no es nada barato en estos momentos
Tanto las entradas como conseguir indumentaria representativo de la Selección Nacional de Fútbol no es nada barato en estos momentos. El Mercurio Web recorrió tiendas buscando precios y consultó los precios de entradas y el viaje a Puerto Ordaz, donde se jugará la primera fecha de eliminatorias a Rusia 2018
Juan Afonso
Este 8 de octubre a las 4:30 pm inicia una nueva carrera para la Vinotinto para clasificarse a su primer Mundial FIFA de selecciones. La próxima edición será en Rusia, como ya se conoce.
Sin embargo, este nuevo proceso que dirige Noel Sanvicente y que será el primero sin el legendario Juan Arango como capitán de la Selección, tiene un detalle nada agradable: esto tampoco escapa de la crisis económica.
Desde hace más de una semana, medios deportivos dieron a conocer el precio que cuestan las entradas. La más económica está en Bs. 800, y son tribunas populares B y C, en la parte alta del CTE Cachamay (Puerto Ordaz). Las otras tribunas populares están entre Bs. 1000 y Bs 1800.
La tribuna principal está en Bs. 2900 y los palcos (suerte de zonas VIP) van desde Bs. 13 mil 500 a Bs. 36 mil.
Pero el problema no se queda allí. Un pasaje a Puerto Ordaz desde el terminal terrestre de Puerto La Cruz oscila entre Bs. 550 y Bs. 700 si se toma un autobús. Los carros particulares llegan a cobrar Bs. 2 mil 500 por el viaje, sin contar los gastos de estadía. Estas cifras las obtuvo el equipo de El Mercurio Web dentro de dicho terminal. Por cierto, hay líneas de buses inoperativas.
La indumentaria
Apoyar a un equipo de fútbol, sea un club o una selección, no está completa sin camisetas alusivas. En el caso de Venezuela, es la marca Adidas la que viste al primer equipo nacional.
Este portal informativo visitó varias tiendas en Puerto La Cruz. Mundo Deportivo, en sus existencias, tiene camisetas del 2011 (el cuello gris y la "V" en la espalda del mismo color) y el modelo 2014 (una estilo polo con detalles en color plateado) en Bs. 9 mil 980. Ambos modelos son originales de la marca alemana.
Madison Style XXI, en la avenida 5 de Julio tiene el modelo reciente (verde eléctrico) en Bs. 14 mil, una sin mangas de entrenamiento cerca de Bs. 9 mil. Y la chaqueta que utilizan los jugadores cuesta casi Bs. 24 mil. Una de las primeras figuras públicas en exhibirla en público fue el presidente Nicolás Maduro.
Las réplicas de esas camisetas pueden ser una opción, pero también se han hecho caras.
En el CC Regina, en la tienda Fanatikos, la réplica de la camiseta modelo 2014 cuesta Bs. 5 mil, la del mismo año, pero alternativa vale Bs. 7 mil y Bs. 8 mil la de mangas largas.
Los dos modelos del 2015 cuestan Bs. 7 mil en margas cortas y Bs. 8 mil en mangas largas.
Los granos pasaron a ser los grandes ausentes de los anaqueles
En algunos establecimientos de Barcelona y Lechería no llegan garbanzos ni caraotas blancas desde hace un año, algunos afirman que no se está produciendo porque el negocio es importar
Niurka Franco
Acceder hoy a la cesta básica implica invertir alrededor de 8 salarios mínimos y para ofrecer a una familia de cuatro o cinco miembros alimentación de calidad, tal vez habría que agregar un salario más.
Así se desprende del testimonio que cada día ofrecen las amas de casa en los establecimientos donde acuden a comprar o lo que es lo mismo, a hacer un ejercicio de malabarismo doméstico.
Maritza Rujano, es educadora y afirma que tenía como hábito complementar la comida principal con una crema o sopa de granos. Sin embargo, asegura que en lo que va de año, ha tenido que ingeniárselas porque los vegetales aumentan de precio todos los días, mientras los granos desaparecieron del mercado.
Esta aseveración fue corroborada por El Mercurio Web al hacer un recorrido por diversos expendios de Barcelona, Lechería y Puerto la Cruz, donde no obtuvimos respuesta positiva al requerir lentejas, caraotas blancas, arvejas o garbanzos.
De acuerdo con lo dicho por el encargado de un conocido establecimiento en Lechería, desde hace un año no recibe garbanzos ni caraotas blancas. “Eso ya no viene y si llegara no me imagino el precio”, dijo tras aseverar que medio quilo de frijoles está costando 550 bolívares.
Alejandra Villarroel, quien se encontraba en un establecimiento de asiáticos en Puerto La Cruz, expuso que solía comprar lentejas con regularidad, pero que éstas hace mucho que están desaparecidas. “Recientemente viajé a El Tigre y por allá compré un paquetico de 500 gramos en 800 bolívares.
“Se me cayó la mandíbula cuando me dijeron el precio, pero lo terminé comprado porque unos granos siempre sacan de apuros por lo rendidores que son”.
En algunos establecimientos de Barcelona y Lechería aún quedaban rezagados cinco paquetes de caraotas rojas en empaques de 335 gramos y los precios oscilaban entre 563 y 700 bolívares.
Un comerciante que se identificó como Alí, sostuvo que en el país no se está produciendo granos, porque está prevaleciendo la importación. “ El negocio es la importación, allí están los reales, nosotros tenemos tiempo que no compramos, pero sabemos que hay quienes los venden en 2.000 y 2.500 bolívares, quién puede comprar eso, solo los restaurantes y si acaso”, dijo.
“La puerta de un carro cuesta más que la totalidad de una prima anual”
La inflación, la escasez de repuestos y la alta siniestralidad conspiran contra quienes se ven en la disyuntiva de quedar a expensas de la inseguridad o empeñar su ingreso a cambio de una póliza de seguro
La inflación, la escasez de repuestos y la alta siniestralidad conspiran contra quienes se ven en la disyuntiva de quedar a expensas de la inseguridad o empeñar su ingreso a cambio de una póliza de seguro
Niurka Franco
El anuncio hecho recientemente por la Cámara de Aseguradores de Venezuela (CAV) respecto a la firma de contratos menores a un año para reducir el rezago entre el valor de los vehículos y el monto asegurado, no tardó en generar las más variadas reacciones entre usuarios y corredores, quienes se plantean muchas interrogantes, sobre todo los primeros.
Y no es para menos, pues ante las cifras de robo y hurto de vehículos que cada día aumentan como la espuma, los usuarios han optado por asegurar sus bienes, aun a expensas de empeñar su ingreso por todo un año.
“Prefiero quedar limpio sin un centavo y estar tranquilo, que pasar la noche y el día como Carlos Angustia”, comentó Karina Márquez, aludiendo a un simpático comercial en el que una persona que no tenía el respaldo de un seguro, pasa la noche en vela, cuidando su vehículo.
La alta siniestralidad, la escasez de repuestos por la falta de dólares para importar aunado a la inflación que amenaza día a día a la población, constituyen algunos de los elementos que han llevado a las empresas aseguradoras a cambiar los esquemas y a pensar en un abanico de opciones que beneficie tanto a ellas como a los usuarios.
Consultada sobre la situación, la gerente de una conocida empresa que pidió no ser identificada, por no estar autorizada para declarar públicamente, manifestó que uno de los aspectos que mueve a hacer cambios es el alto costo de los vehículos, como consecuencia de la forma vertiginosa como se mueve la inflación.
Advierte que los incrementos en precios de forma súbita, amén de la alta siniestralidad hace que los costos sean asumidos en su totalidad por las empresas de corretaje. “Muchas veces sucede que la puerta de un vehículo cuesta más que la totalidad de una prima en un año”.
Esta situación está siendo analizada a fin de que los costos no sean asumidos únicamente por las empresas, pero tampoco por el asegurado, sino que sea una responsabilidad compartida, buscando esquemas en conjunto.
Leonel Escalante dijo tener su camioneta Explorer asegurada desde el momento de su adquisición hace 5 años y a su juicio, el planteamiento de ofrecer productos semestrales y hasta trimestrales, permitiría un mejor control de los costos, ante la escalada inflacionaria que se vive en el país.
“Como usuario creo que a nosotros nos conviene continuar con un respaldo, dado el nivel de inseguridad que vivimos y a las empresas asegurados le conviene mantenerse a flote, hay que mantener una ecuación en la que todos ganemos”, dijo.
Entre tanto, Alicia Rodríguez, presidenta de la Cámara de Aseguradoras de Venezuela manifestó que cada empresa ha iniciado el análisis de su situación y pondrá en marcha los programas que considere pertinentes en función de su cartera de clientes y productos a disposición, subrayando que de lo que se trata es de adecuarse a unas circunstancias derivadas de la crisis que vive el país.
Consumidores prefieren productos del mar ante alto costo de la carne
Pese a ser menos rendidores que la carne, pescados y los mariscos están ganando terreno frente a otras proteínas de origen animal. Consumidores aseguran que la inflación no les da tregua
Expendedores de pescado de Anzoátegui | Foto: NF
Pese a ser menos rendidores que la carne, pescados y los mariscos están ganando terreno frente a otras proteínas de origen animal. Consumidores aseguran que la inflación no les da tregua
Niurka Franco
Hablar de precios altos en materia de alimentos, constituye una perogrullada, sobre todo cuando se trata de la proteína animal, pero en el caso de los productos del mar con mayor razón, porque tradicionalmente suelen encabezar la lista de precios altos.
“Yo trabajo para comer, para nada más porque no me alcanza”, asegura Yelitza González, quien afirma no obstante, que prefiere comprar pescados y otros productos del mar por ser más sanos, que cualquier otro alimento.
Y ciertamente, a lo dicho por la señora González, se suma el criterio de Mirna López, aseverando que pese a ser menos rendidor, desde hace más de tres meses compra más pescado que carne, para evitar tener que hacer largas colas y pasar molestias.
“Solía preparar una salsa con carne o pollo al horno los fines de semana y dejarlo listo para la semana, porque no me da tiempo de cocinar a diario pero entre el costo de la carne y el tener que hacer cola para comprarla más económica me obligaron a buscar el pescado y hasta ahora me ha ido bien”, comenta.
Jesús Guirado es expendedor de pescado en el crucero de Lechería y asegura que intenta vender más económico porque rompe con un eslabón en la cadena de comercialización, al comprarle directamente a los pescadores o a los buques atuneros.
Advierte que “los caveros” encarecen el producto que compran a bajo precio” y subraya que en su caso trata de aplicar una ecuación ganar-ganar, en la que tanto él como el consumidor resulten beneficiados.
Así afirman que mientras en otros lugares el pargo, el mero y el sierra, superan los 1000 bolívares por kilogramo, en su expendio los usuarios pueden conseguirlo en Bs. 850 y 900. Mientras otras especies muy solicitadas por ser más económicos, como cojinúa, coro coro y cabaña, pueden costar entre 300 y 400 bolívares por kilo.
En cuanto a marisquería, asegura Guirado que a partir del día martes, ofrece camarones a precios que van de Bs. 1000 a 1300, además de una bolsa contentiva de productos surtidos que incluye mejillones, tripa´ e perla y pepitonas, por un costo de 800 bolívares.
Consumidores aseguran que frente a la escasez y la inflación el pescado y los mariscos constituyen una alternativa pero no sólo por su precio según consumidores.” Tal vez no sean mucho más económicos que la carne y el pollo pero sí más saludables, afirmó la comerciante Isabel González, quien dijo ser una asidua consumidora de productos del mar.
Consumo de carne y pollo ha quedado para ocasiones especiales
El precio de los productos cárnicos los aleja cada vez más de la mesa del venezolano que ya no puede refugiarse ni siquiera en los granos
El pollo entero ubicado en Bs. 490 el kilo | Foto: archivo
El precio de los productos cárnicos los aleja cada vez más de la mesa del venezolano que ya no puede refugiarse ni siquiera en los granos
Niurka Franco
Cumplir con la obligación de alimentar a la familia se ha convertido en una tarea difícil, no solo por la escasez, sino por el alto precio que se debe pagar por conseguir lo que está desaparecido de los anaqueles.
La carne de res de pollo y de cerdo, están entre los alimentos intermitentes cuando sus precios están regulados, sin embargo, en los establecimientos donde han sido liberados se consiguen sin problemas.
Miriam Moreno, habitante de Barcelona asegura que desde principios de año, cuando comenzó el problema con la carne por su alto precio, orientó su dieta y la de su familia hacia granos, vegetales y pescado.
“Sólo comemos carne en ocasiones muy especiales, ya sea en una parrilla o asado, porque está muy cara y el presupuesto no da para mucho”, dijo detallando que entre su sueldo y el de su pareja apenas llegan a 18 mil bolívares por mes y tienen dos hijos pequeños.
El Mercurio Web realizó un recorrido por dos carnicerías en Barcelona Colinas del Neverí. En ambas el kilo de carne de primera (Lomito) está en 1700 bolívares, los cortes de segunda en Bs. 1300 y 1400, solomo en 1400 y 1500 y el pollo entero en Bs. 490 el kilo, pechuga en 650 y el muslo en 600 bolívares.
Usuarios manifestaron que prefieren comprar aunque sea esporádicamente los cárnicos a precios altos, que tener que hacer colas descomunales para adquirirla un poco más baja.
“Recientemente quise comprar en el mercado de Puerto la Cruz y fue una experiencia muy desagradable”, contó el ama de casa Carmen Mayora, quien sostuvo que le tocó presenciar una pelea entre dos mujeres que hasta un arma blanca sacaron a relucir, por comprar un pollo.
Un expendedor que prefirió el anonimato precisó que nadie puede vender la carne de ave en 65 bolívares como indica la regulación, porque a ellos se lo venden en 270 bolívares, para ofertarlo en 295.
“La regulación es una gran mentira, porque 65 bolívares ahorita no cuesta ni un pan canilla”, argumentó.
Entre tanto Ibis Ortíz argumentó que son muy pocas las opciones para comer en la actualidad.
“Los granos ya no se ven y los pocos que se consiguen están entre 1500 y 2 mil bolívares, la carne y el pollo están prohibidos por el precio así que a la gente pobre le sale margarina con arepa, cuando se consigue”, dijo recalcando que la obesidad, la diabetes y los problemas cardiovasculares no tardarán en hacer estragos.
Hasta Bs. 800 el precio por un cartón de huevos
Algunos comerciantes lo tienen en Bs. 680. Los compradores alegan que les es más accesible por las proteínas y porque "es lo único que se consigue por el precio"
Cartón de huevos llega a costar hasta 800 Bs | Foto: JA
Algunos comerciantes lo tienen en Bs. 680,00 los compradores alegan que les es más accesible por las proteínas y porque "es lo único que se consigue por el precio"
Juan Afonso
Lejos de la publicación en un medio nacional sobre el cartón de huevos a Bs. 1200, en el mercado municipal de Puerto La Cruz y en otros abastos, el preció varía.
Este artículo alimenticio puede hallarse desde Bs 680 y hasta Bs. 800. El medio cartón puede encontrarse desde Bs. 340 y Bs. 400. Cifras más, cifras menos.
Pese a los precios, este alimento está sumamente demandado, pues ofrece proteínas y es un sustituto de otros productos como la carne y el pollo, que se han ido encareciendo y, desmejorando en su calidad, según opinan otros.
La comerciante informal, Elvira García, relató que llevó medio cartón de huevos a su mesa tras pagar Bs. 340. Los consiguió en un puesto en las afueras del mercado porteño.
"Eso voló rápido este fin de semana. Pude comprarlo hoy porque había, pero creo que volvió a acabar. Debe ser por el precio".
"García detalló que le es más rentable comprar huevos. "La carne y el pollo están caros y ha que hacer mucha cola para llevarlos regulados".
En opinión de la administradora Yajaira Marcano, el productor es lo único que se consigue en cualquier expendio. "Eso es todo lo que hay. De lo demás no vas a ver mucho. Y aunque se ha estado encarenciendo, comprar huevos sigue siendo una opción", relató.
Comer en la calle es un lujo que muy pocos pueden darse
Las ferias de comida rápida que antes eran una alternativa, se han vuelto inaccesibles por los altos precios. Muchos trabajadores aseguran que cargan con su arepa bajo el brazo para poder rendir el dinerito
La oferta varía entre 500 y 700 bolívares por plato | Foto: archivo
Las ferias de comida rápida que antes eran una alternativa, se han vuelto inaccesibles por los altos precios. Muchos trabajadores aseguran que cargan con su arepa bajo el brazo para poder rendir el dinerito
Niurka Franco
Para un trabajador que devengue salario mínimo Bs 7421), resulta imposible poder comer en la calle, porque el plato más sencillo, casi que “comida chatarra” supera los 500 bolívares.
Un recorrido por diversos locales comerciales, permite constatar que muchos trabajadores prefieren cargar con su almuerzo, porque el sueldo no les alcanza para comer en la calle.
“Antes solía llevarme la comida de lunes a miércoles y los jueves y viernes almorzaba en la calle, pero ya no se puede hacer esa gracia, porque todo está muy caro”, comenta Mayerlin León, quien dice trabajar como manicurista en una peluquería.
En la actualidad cualquier menú por sencillo que sea, no baja de 500 bolívares, sin incluir la bebida, la cual puede elevar la erogación a 600 ó 700 bolívares, dependiendo si se trata de agua, gaseosa, nestea o jugos naturales.
Es por eso que Oscar Villasmil, quien trabaja como comerciante manifiesta que en su casa el domingo él y su esposa se dedican a cocinar para la semana y congelan las porciones que consumen cada día.
“Preparamos salsas con carne, otras veces atún y granos cuando conseguimos. Además resolvemos con cremas y verduras, de esa manera comemos más sano y rendimos un poco más el presupuesto, porque si comemos los dos en la calle no podríamos vestir, pagar los servicios ni cubrir otros gastos como colegio, mantenimiento del carro y otros”.
En las ferias de comida existentes en los centros comerciales, otrora más accesibles a todo tipo de bolsillo, los precios oscilan entre 500 y 700 bolívares el plato más económico, sin incluir la bebida, la cual tiene un costo de 125 bolívares el vaso pequeño , al igual que el agua saborizada, la cual es la única que se consigue.
De acuerdo con las últimas cifras del CENDAS (Centro de Documentación y Análisis para los Trabajadores), la canasta alimentaria en Venezuela en junio volvió a subir ubicándose en Bs. 21.383,38. Es importante señalar que ésta incluye sólo los alimentos básicos, no así medicinas, transporte y servicios.
“Ya comer en la casa consume casi la totalidad de lo que devengamos mi marido y yo que apenas llega a 14 mil 842 bolívares, se puede decir que trabajamos para comer y pagar servicios, imagínese, cómo se puede comer en la calle, eso es imposible, es un lujo que pocos pueden darse”, asegura la docente Mayra López.
Según datos del CENDAS, las alzas más significativas se registraron en los rubros de semillas leguminosas (granos) al ubicarse en Bs. 925,94 lo que equivale a 130,3%; Por eso aunque Ud. No lo crea, un minestrone de lentejas puede costar entre 500 y 600 bolívares por ración.
Viajar a Margarita en vacaciones cuesta un ojo de la cara
Los grupos familiares deben reinventarse para disfrutar unidos las vacaciones escolares. La travesía hacia la perla del Caribe desde Puerto la Cruz pasó a ser una opción de lujo
Alto costo de los pasajes a Margarita dificultan planes de vacaciones familiares | Foto: archivo
Los grupos familiares deben reinventarse para disfrutar unidos las vacaciones escolares. La travesía hacia la perla del Caribe desde Puerto la Cruz pasó a ser una opción de lujo
Niurka Franco
En tiempos de crisis es necesario administrarse con criterio de escasez y justamente, esta última palabra toma cada vez más fuerza en el vocabulario del venezolano.
Tal es el caso de Jorge Vicent, técnico dental y padre de familia, quien según comenta, acaba de dar a sus tres hijos la noticia poco agradable de que éste año no viajarán en agosto para Margarita.
Indica que con el aumento que sufrieron las tarifas se hace cuesta arriba el disfrute en familia.
Advierte que solo en pasajes gastarían 6 mil 939 bolívares y eso si consiguen irse en Conferry, que sigue siendo la opción más barata, porque Gran Cacique Express es más costoso aún.
“La embarcación nueva según tengo entendido costará 2 mil bolívares el boleto para pasajeros y 5 mil los carros pequeños. A eso hay que sumar los gastos de hospedaje y comida, en síntesis ya es imposible que las familias podamos viajar juntas porque las cuentas no dan”.
Tarifas de Conferry
Adultos- Bs.486- Ida y vuelta Bs. 972
Niños de 0 a 7 años- 297- Ida y vuelta Bs.490
Vehículos pequeños- Bs 784- Ida y vuelta Bs.1394
Camioneta –Bs1 184- Ida y vuelta- Bs 2.561
Escasez de papel encarece servicio de fotocopiado
Usuarios se quejan por el alto costo que deben pagar por la reproducción de un documento, mientras los prestadores de servicio afirman que la inflación no se detiene y a ellos también les arropa
Escasez de papel afecta servicios de fotocopiado | Foto: archivo
Usuarios se quejan por el alto costo que deben pagar por la reproducción de un documento, mientras los prestadores de servicio afirman que la inflación no se detiene y a ellos también les arropa
Niurka Franco
La escasez y la inflación van de la mano en el país y no hay sector que escape a los estragos que estos dos ligaditos producen. Tal es el caso de los comercios que prestan servicio de fotocopiado, los cuales han debido elevar sus costos ante la escasez de papel.
La propietaria de uno de estos establecimientos ubicado en las adyacencias del Palacio de Justicia en la capital del estado, quien pidió que no reveláramos su identidad, manifestó que el papel es uno de los rubros desaparecidos y cuando reaparece lo hace con nuevo precio.
“Una resma tamaño carta nos cuesta 2 mil 700 bolívares y oficio hasta 4 mil 500, la gente se disgusta porque cobramos 15 bolívares por una copia, pero es que con esos precios no podemos cobrar menos”, comentó.
Teresa Carrillo se quejó por haber tenido que pagar en otro establecimiento 40 bolívares por dos reproducciones. “Está bien que cobren, pero lo justo, creo que 20 bolívares por dos copias de cédula es demasiado, máxime cuando pueden incuso sacarlas en la misma hoja”.
De acuerdo con lo expuesto por David López, prestador del servicio de fotocopiado, en los últimos meses han tenido que sortear muchos obstáculos para poder trabajar, entre ellos los altos precios, recalcando que los proveedores cada semana tienen precios nuevos.
En el caso del toner por ejemplo, los comerciantes indican que pagan hasta 10 mil bolívares por un cartucho genérico y hasta 50 mil por los de marca, porque se trata de productos importados.
Mirna Gutiérrez precisó que debió cancelar 170 bolívares por dos fotocopias de cédula a color. “No sabía que podía entregar la copia en blanco y negro, pensé que debía ser lo más parecido a la original, a los efectos de un documento legal, pero la próxima vez no me pasa, pagué 85 bolívares por esos dos papelitos”.
Mario Calzadilla reveló que por ser abogado, permanentemente debe reproducir documentos en los distintos establecimientos cercanos a los tribunales y afirma que como mínimo gasta 280 bolívares por día.
Entre tanto, los prestadores del servicio destacan que deben hacer malabares para poder obtener el papel y continuar prestando el servicio. “Si por nosotros fuera mantendríamos los precios igual, porque nos interesa mantener contenta a nuestra clientela, pero cómo hacemos si todo sube”.
Erradas políticas del Gobierno son las causantes de la miseria actual
La Red por la Defensa al Trabajo, la Propiedad y la Constitución refiere que las medidas aplicadas hasta ahora han conducido al incremento de la escasez y al alto costo de la vida
Malas políticas económicas son la causa de la escasez y desabastecimiento | Foto: cortesia
La Red por la Defensa al Trabajo, la Propiedad y la Constitución refiere que las medidas aplicadas hasta ahora han conducido al incremento de la escasez y al alto costo de la vida
Redacción
Un documento emitido por la Red por la Defesa al Trabajo, la Propiedad y la Constitución, indica que el análisis de las distintas medidas económicas tomadas por el Gobierno, revela que éstas solo han conducido al desmejoramiento de la calidad de vida de los venezolanos.
Citan cinco de lo que a su juicio, han sido las decisiones que mayor incidencia han tenido en el desmejoramiento de la calidad de vida y la capacidad de consumo del venezolano. A saber:
Expansión monetaria, estatización de los medios de producción, control de cambio, regulación de precios y guerra económica.
Observan en cuanto a la expansión monetaria, que ésta ha sido el instrumento de mayor utilidad para el gobierno dado que por vía de pagarés emitidos por el BCV a PDVSA se han venido otorgando los recursos para las necesidades financieras y pérdidas operativas de las empresas públicas, así como para cubrir el déficit de caja del gobierno central vía Tesorería Nacional, lo que consideramos como el principal responsable de la inflación, la cual es el mayor impuesto que paga la población.
“En paralelo, la liquidez monetaria (dinero en manos del público) alcanza los 2.5 millones de millones de bolívares este mes de Junio”.
Hacen referencia a la estatización de os medios de producción, política mejor conocida como Socialismo del Siglo XXI la cual explican, condujo a que buena parte de los medios de producción privados pasarán a públicos, con las consecuencias conocidas. Fincas, hatos, haciendas, agroindustrias y demás empresas privadas arrebatadas a sus legítimos propietarios y una vez en manos del gobierno paralizadas, lo que ha degenerado en improductividad y escasez.
Advierten que el control de cambio ha sido otro error, pues el objetivo por el cual surgió cual era evitar la salida de capitales, no se logró, por el contrario permitió que a través de los distintos sistemas de controles de cambio establecidos se obtuvieran dólares preferenciales para realizar importaciones que nunca llegaron al país con grave afectación al patrimonio público, sin que a la fecha se hayan determinado responsabilidades
“Se estima que más de 200.000 millones de dólares salieron desde su implementación desde hace 13 años por distintos medios, consumiendo buena parte de los dólares del ingreso petrolero. Creando empleo y desarrollo en los países en los cuales se encuentran invertidos estos capitales”.
Las regulaciones de precios solo han servido para generar distorsiones económicas. “Con el boom petrolero y con dólares en abundancia el gobierno estimulo las importaciones con dólares preferenciales como objetivo para mantener precios bajos. El resultado fue un creciente comercio de extracción y contrabando a nuestros vecinos al ser estos productos, mucho más baratos que los producidos en sus países, así como el desarrollo de una economía informal de reventa a medida que aumentaron los niveles de escasez por la disminución de importaciones y la poca producción nacional”.
En cuanto a la mentada guerra económica, apuntan que se anunció como una estrategia contra la especulación y el acaparamiento, pero en realidad se convirtió en un instrumento de propaganda contra la empresa privada. “No se le aplicaron medidas al complejo empresarial público que es el mayor responsable de la preocupante caída de producción, la falta de producción en todas esas empresas expropiadas es la razón fundamental de la crisis de escasez actual”.
En verduras y hortalizas se va más de la mitad del salario mínimo
Amas de casa afirman que la compra de frutas ha pasado a ser un lujo. “En casa hacemos papelón con limón y a veces, porque los limones pasan de 120 y el papelón no baja de 100 bolívares”
Amas de casa afirman que la compra de frutas ha pasado a ser un lujo. “En casa hacemos papelón con limón y a veces, porque los limones pasan de 120 y el papelón no baja de 100 bolívares”
Niurka Franco
Precios de hortalizas y legumbres por las nubes
Administrar una casa se ha vuelto una tarea titánica, más aún cuando el ingreso luce cada vez más corto, frente a una inflación que le lleva varios cuerpos de ventaja, como se diría en el argot hípico.
Y es que para las amas de casa venezolanas, el rendir la partida destinada a la compra de alimentos es más que un acto administrativo, se trata de un acontecimiento mágico.
“Ya no es la compra de carne pollo o pescado, que prácticamente pasó a ser un lujo, porque la carne pasa de 1000 bolívares por kilo, el pollo está por los 450 y el pescado ni lo nombro, basta con decir que una latica chiquitica de atún que se come una sola persona, vale 250 bolívares”, argumenta Carmen Villarroel, una docente jubilada que según explica, la pensión no le da para mucho.
Afirma que adquirir verduras y hortalizas le obliga a gastar prácticamente la mitad de un salario mínimo. “Eso no incluye frutas, porque si las compro no me queda ni un centavo para medicinas y otros gastos”.
A lo dicho por la maestra Villarroel, se suma la expresión de la joven ama de casa Nohemi López, quien confiesa que gasta entre 3 mil 500 y 3 mil 700 bolívares al mes solo en vegetales.
“Eso es prácticamente mi sueldo –comenta- para añadir que por ser vegetaría, permanentemente acude a los mercados populares, pero a pesar de ello, los precios son muy altos. Los gochitos a quienes les suelo comprar en el elevado de Lechería empezaron muy bien, pero ya los productos están carisimos”.
Observa que hasta hace tres meses, solía gastar entre 500 ó 600 bolívares en los productos que más utiliza para su dieta diaria. “Ahora gasto entre 3 mil y 3 mil 500 llevando las mismas cosas, aunque no quiera siempre me quejo y peleo porque pienso que es una exageración”,
Refiere con propiedad, que una familia cuyo ingreso sea un salario mínimo, prácticamente gastaría la mitad exacta del producto de su trabajo en verduritas. “Se le le va el salario es eso, subraya, recalcando que un salario mínimo son 6 mil 746 bolívares, eso no es nada” .
Un breve recorrido por algunas ferias de legumbres, frutas y verduras que funcionan entre Lechería y Barcelona, permitió constatar que el precio más bajo por kilogramo de vegetales lo exhiben la mandarina, el calabacin y la remolacha, mientras los más altos están reservados para la papa cuyo valor se ubica en 200 y 300 bolívares por kilogramo, seguida del tomate, el pimentón y el durazno a 180 bolívares,
El coliflor, brócoli, limón, berenjena y cebolla tienen precios que oscilan entre 120 y 135 bolívares el kilo en ferias, porque es auto mercados es más.
Una panela o papelón como se le conoce en la zona, marca entre 100 y 120 bolívares. “Ya hasta el papelón con limón nos está negado”, afirmó una cliente de la feria de verduras, cuyos expendedores justifican los precios alegando que el flete que deben pagar es alto, así como el mantenimiento de los vehículos.