“El venezolano común se endeuda para comprar comida y medicinas”
Benito Gómez, especialista en materia administrativa y económica reitera que la inflación y la pérdida del poder adquisitivo ha llevado a las familias a comprometer su ingreso a través del uso de tarjetas de crédito para poder sobrevivir al alto costo de la vida
Niurka Franco
Desde hace muchos años, el venezolano de a pie perdió la capacidad de ahorro, debido a la pérdida del poder adquisitivo consecuencia del alto nivel de inflación, situación que ha obligado a muchas familias a comprometer su ingreso mediante el uso de tarjetas de crédito, instrumentos utilizados casi de forma exclusiva al pago de comida y medicinas.
Así se desprende de lo dicho por el especialista en materia administrativa y económica, Benito Gómez, quien acota que frente a un panorama inflacionario como el existente en el país, ningún salario alcanzará porque la inflación siempre estará por encima.
Gómez, quien además fue presidente de la Federación de Colegios de Administradores de Venezuela estima que la situación económica resulta muy preocupante, porque el gobierno lejos de buscar salidas definitivas a los problemas, se distrae en paliativos, controles y otras medida que acentúan la crisis.
Al referirse al nivel de inflación, manifestó que muy pocas familias tienen capacidad para hacer frente a la escasez y el alto precio que en consecuencia, terminan exhibiendo los productos de primera necesidad.
Advierte que un padre de familia al ver que el ingreso no alcanza, tiene que buscar suplementos y el crédito es uno de ellos. “ Se cae en el uso de estos instrumentos que son de gran ayuda, pero resulta que a fin de mes, se encuentran con que la deuda es impagable”.
Este planteamiento fue ilustrado por Alejandra Goitia, quien comenta que trabaja como encargada de un local comercial y devenga 30 mil bolívares al mes (poco menos de dos salarios mínimos). “En realidad gasto esa misma cantidad con la tarjeta de crédito, comprando a diario lo que se va agotando, como el queso, el pan , el jamón que son necesarios para preparar la merienda de los niños porque darles el dinero para que compren no me garantiza que lo usen para comer y resulta más costoso”, alega.
Explica que cada mes amortiza deuda y continúa utilizando el crédito, el cual espera canelar en su totalidad con el dinero que reciba por utilidades. “Eso nunca lo había hecho, la tarjeta era para una emergencia de salud, una cartera, un perfume y hasta un viaje, pero nunca para comprar comida”.
Desde la perspectiva del catedrático Benito Gómez, esta situación es parte de las distorsiones que se han venido presentando en los últimos años, como consecuencia de las erradas políticas del gobierno, que se dedicó a cerrar empresas, a perseguir a empresarios y a la aplicación de controles de forma permanente, sin contar con las consecuencias, las cuales se evidencian en la marcada escasez, colas para comprar alimentos, “bachaqueo” y otras calamidades que afectan fundamentalmente a los estratos más débiles económicamente.