“En el sector inmobiliario hay más ruidos que nueces”
Presidente de Cámara Inmobiliaria afirma que hay rumores sobre la partida de venezolanos al exterior y la venta de inmuebles, pero no hay capacidad de compra
Niurka Franco
En opinión del vicepresidente de la Cámara Inmobiliaria de Anzoátegui, José Ramón De Los Ríos, el primer trimestre de 2015 ha sido altamente inflacionario y difícil, no sólo para el sector al cual pertenece, sino para el país en general.
Observa que el alto índice inflacionario, la poca productividad y los controles aplicados por tiempo prolongado, mantienen la economía en un estado de estancamiento.
Sin embargo, dice ser optimista respecto al futuro, alegando que con lamentaciones nada se logra, por el contrario, se añade desánimo en circunstancias en las que se requiere aunar esfuerzos para seguir adelante.
Aunque reconoce que el sector inmobiliario en estos primeros meses del año ha estado deprimido y sin crecimiento, reconoce que existen dos vertientes: la residencial y la comercial, destacando que en esta segunda ha habido menos problemas que en la primera, porque las medidas han sido más equilibradas.
Advierte que nadie hace negocios para perder, y que en el área residencial los controles, la escasez de materiales y los riesgos han mermado el interés de los inversionistas, en tanto que en el área comercial, se ha observado un ligero avance.
Hasta hace poco, aseveró, hubo un decreto que fijaba en 250 mil bolívares el metro cuadrado de construcción comercial, se tratara de un galpón de 100 metros cuadrados en un campo, o de un local comercial en una zona metropolitana, como Lechería o Nueva Barcelona.
“Eso cambió y ha habido cierto equilibrio, como esperamos que ocurra en otras áreas” dijo tras recalcar que no se trata de un asunto político, sino económico.
A su juicio, los controles excesivos y por tiempo indefinido generan más problemas que beneficios en la economía. “El gobierno tiene la obligación de impulsar leyes como de responsabilidad social o antimonopolios, eso es sano, pero la política y la economía deben ir de la mano, sin que una se imponga sobre la otra”.
No dudó al señalar que muchos venezolanos podrían estar vendiendo sus propiedades para marcharse al exterior, pero aclaró que hasta ahora no existe un registro que lo determine, y aunque así fuera, las condiciones actuales indican que no hay capacidad de compra para adquirir un gran volumen de inmuebles por parte de la población, dado el alto nivel de inflación y de dolarización.
Explica que muy pocas familias tienen la posibilidad de acceder a los créditos de la banca privada o de la Ley de Política Habitacional, la cual otorga un máximo de 500 mil bolívares, monto insuficiente para acceder a una vivienda por muy austera que sea.
Además, señala que recurrir a un crédito hipotecario implica contar con un elevado ingreso, porque las cuotas mensuales oscilan entre 25 y 30% de éste, lo que torna cuesta arriba la posibilidad de adquirir un inmueble.