Consumo de carne y pollo ha quedado para ocasiones especiales
El precio de los productos cárnicos los aleja cada vez más de la mesa del venezolano que ya no puede refugiarse ni siquiera en los granos
Niurka Franco
Cumplir con la obligación de alimentar a la familia se ha convertido en una tarea difícil, no solo por la escasez, sino por el alto precio que se debe pagar por conseguir lo que está desaparecido de los anaqueles.
La carne de res de pollo y de cerdo, están entre los alimentos intermitentes cuando sus precios están regulados, sin embargo, en los establecimientos donde han sido liberados se consiguen sin problemas.
Miriam Moreno, habitante de Barcelona asegura que desde principios de año, cuando comenzó el problema con la carne por su alto precio, orientó su dieta y la de su familia hacia granos, vegetales y pescado.
“Sólo comemos carne en ocasiones muy especiales, ya sea en una parrilla o asado, porque está muy cara y el presupuesto no da para mucho”, dijo detallando que entre su sueldo y el de su pareja apenas llegan a 18 mil bolívares por mes y tienen dos hijos pequeños.
El Mercurio Web realizó un recorrido por dos carnicerías en Barcelona Colinas del Neverí. En ambas el kilo de carne de primera (Lomito) está en 1700 bolívares, los cortes de segunda en Bs. 1300 y 1400, solomo en 1400 y 1500 y el pollo entero en Bs. 490 el kilo, pechuga en 650 y el muslo en 600 bolívares.
Usuarios manifestaron que prefieren comprar aunque sea esporádicamente los cárnicos a precios altos, que tener que hacer colas descomunales para adquirirla un poco más baja.
“Recientemente quise comprar en el mercado de Puerto la Cruz y fue una experiencia muy desagradable”, contó el ama de casa Carmen Mayora, quien sostuvo que le tocó presenciar una pelea entre dos mujeres que hasta un arma blanca sacaron a relucir, por comprar un pollo.
Un expendedor que prefirió el anonimato precisó que nadie puede vender la carne de ave en 65 bolívares como indica la regulación, porque a ellos se lo venden en 270 bolívares, para ofertarlo en 295.
“La regulación es una gran mentira, porque 65 bolívares ahorita no cuesta ni un pan canilla”, argumentó.
Entre tanto Ibis Ortíz argumentó que son muy pocas las opciones para comer en la actualidad.
“Los granos ya no se ven y los pocos que se consiguen están entre 1500 y 2 mil bolívares, la carne y el pollo están prohibidos por el precio así que a la gente pobre le sale margarina con arepa, cuando se consigue”, dijo recalcando que la obesidad, la diabetes y los problemas cardiovasculares no tardarán en hacer estragos.