“El que se casa casa quiere”, pero no la puede comprar
El elevado costo de una vivienda, descontextualizó el refrán y la crisis económica ha vuelto casi imposible el sueño de tener vivienda propia
Niurka Franco
Para una pareja de jóvenes que ensaya formar una familia, comprar una vivienda es prácticamente imposible, mucho más si su ingreso no supera con creces el salario mínimo.
La mayoría de los venezolanos siente que el costo de la vivienda torna cualquier aspiración inalcanzable. “Nosotros acabamos de casarnos y tenemos varios meses buscando para comprar, pero cuando ya tenemos una cantidad de dinero importante, se disparan los precios y otra vez nos quedamos cortos”, narra Gabriela Uriepero, quien se sabe afortunada por tener un padre que la apoya en la ardua búsqueda.
Como este caso existen innumerables, porque en la actualidad el costo de un apartamento por muy pequeño y sencillo que sea, supera los dos millones de bolívares.
De acuerdo con información del vicepresidente de la Cámara Inmobiliaria de Anzoátegui, José Ramón De Los Ríos, la oferta de viviendas “populares” ha mermado, porque el monto de financiamiento máximo es de 500 milbolívares.
“Quería comprar en Nueva Barcelona, porque es un sector residencial que está en pleno crecimiento, pero los precios me ahuyentaron, todo supera los 4 millones de bolívares y yo no puedo, ni en sueños”, relata María Eugenia Betencourt.
“Ahorita ninguna vivienda cuesta menos de 1 millón, creo que el Banavihdebe revisar esto, porque están desfasados, advierte Erika Martínez, quien observa con preocupación las distorsiones del mercado. “La gente está como loca y por cualquier huequito de apenas 50 metros cuadrados quieren pedir entre tres y cuatro millones, no sé qué piensan”.
Por otra parte, el presidente de la Cámara de la Construcción en el estado, Nelson Blanco, afirma que en Anzoátegui, el sector está prácticamente paralizado y mucho más en lo que respecta a la construcción de viviendas por muchas razones y entre ellas, la escasez de materiales.
“Además no hay reglas clara de juego y nadie se arriesga si no tiene garantía de que su capital tenga retorno”.
Según Blanco, las pocas construcciones que están siendo ejecutadas apuntan hacia centros comerciales y no al sector de vivienda. Admite que ya nadie construye unidades habitacionales populares y enfatiza que sólo el Estado trabaja tímidamente en ello a través de la Misión Vivienda. “Ellos son los únicos que pueden conseguir cemento, cabillas y otros materiales que están escasos”, dijo.