Tensa calma en Onoto tras violencia por hambre
El número de detenidos se elevó a 43, pero en horas de la noche de este jueves sólo quedaban 24 personas privadas de libertad. El concejal José Rubén Añón explicó que unas 400 personas participaron en la acción desesperada por conseguir alimentos
Niurka Franco
La población de Onoto, vivió un jueves en tensa calma tras los sucesos acaecidos esta semana como consecuencia del desespero que se ha apoderado de los habitantes de esa localidad por efecto de la escasez y el hambre, elementos que llevaron a unos 400 vecinos a saquear un galpón que almacenaba alimentos reservados para los Clap, luego que la alcaldesa Marisela Taguaripano se negara a ofrecerles alguna explicación sobre la venta de productos.
Una mujer de la localidad que pidió no ser identificada por temor a retaliaciones, manifestó que la noche del miércoles, varios hogares fueron violentados por efectivos policiales y detenidos sus integrantes, a quienes agredían, aunque se tratase de mujeres e incluso adolescentes.
“A quienes encontraban productos como harina, azúcar, aceite o cualquier otra cosa que les hiciera pensar que había sido saqueado, los golpeaban y se los llevaban presos”, comentó subrayando que desde hace meses no saben lo que es comer normalmente.
El concejal José Rubén Añón adelantó que de acuerdo con información aportada por algunos familiares, los detenidos, quienes se encuentran en la sede del Cuerpo de Investigaciones Científicas Penales y Criminalísticas (CICPC) de Puerto Píritu, serán presentados este viernes ante un Tribunal de Control. Extraoficialmente habrían manifestado que han sido agredidos verbal y físicamente.
“Resulta paradójico que hace algunos años el extinto presidente Hugo Chávez afirmaba que nadie podía ir preso por robar comida y ahora los venezolanos con hambre no solo son reprimidos, sino además golpeados y encarcelados”.
Precisó que la mayor evidencia de que el pueblo actuó por hambre es el hecho de que en el lugar donde estaban almacenados los alimentos, había también cemento, pintura y otros productos, pero nadie los tomó porque lo único que buscaban era comida