Más de 30 detenidos dejan saqueos en el municipio Cajigal
El concejal de Alianza Bravo Pueblo en esa localidad asegura que el pueblo tiene hambre y la respuesta del Gobierno es la represión y la cárcel
Niurka Franco
Unos 30 detenidos y el pueblo enardecido por la falta de alimentos es el saldo dejado por los saqueos que se produjeron en la población de Onoto, Municipio Cajigal, donde familias agobiadas por el hambre, cargaron con alimentos que supuestamente se encontraban acaparados por parte de la Alcaldesa en un galpón.
De acuerdo con la información aportada por el concejal de Alianza Bravo Pueblo, José Rubén Añón, presidente de ABP en Cajigal y secretario ejecutivo de la MUD en el referido municipio, los sucesos se produjeron durante la noche del martes y este miércoles, cuando tuvo lugar la acción policial.
Refiere Añón que ante la escasez de alimentos y la falta de respuestas por parte del gobierno local en cuanto a la venta de las bolsas Clap, familias de la localidad decidieron acudir a los galpones para demandar soluciones, encontrando una postura férrea de la alcaldesa, quien se habría negado a dialogar con los vecinos. Esto dio origen a enfrentamientos en los que no faltaron golpes y empujones.
“La policía al ver que la situación era incontrolable se marchó, mientras la gente del pueblo al abrir las puertas y percatarse de que había comida almacenada, procedió a cargar con ella. “Se trata de un pueblo con hambre, con necesidad que demanda de sus autoridades algo tan básico como es el que se le garantice el alimento y a cambio reciba perdigonazos, golpes, empujones y cárcel”.
Explicó el edil que los detenidos fueron trasladados por efectivos del CICPC a Puerto Píritu, con la intención de presentarlos ante un juez de control. “Ellos tomaron la acción de llevarse los alimentos porque la alcaldesa no les prestó la debida atención. Ahí actuó un pueblo sin rostro, el pueblo con hambre, ante la necesidad, la precariedad y el desespero que genera el hambre”, dijo tras recalcar que cada día las cosas estarán peor, porque llegará el momento que no habrá qué comer y los niños no entienden de “no hay”.