¿Por qué es común que los nadadores sufran de asma?
Un cuarto de los nadadores de competencias son diagnosticados con asma, concluye un estudio realizado en Canadá
Con información de Reuters
Los nadadores, en especial los de resistencia, son más propensos que otros competidores deportivos a tener asma, según revela un estudio sobre atletas olímpicos.
Los autores hallaron que un cuarto de los nadadores de competencias tenían asma diagnosticada, aunque eso era más común en los atletas de algunos lugares del mundo que de otros.
Los especialistas explican que la intensidad del entrenamiento de los nadadores, o las largas horas en el agua, los dejaría expuestos a más subproductos clorados que a los buzos u otros deportistas que pasan menos tiempo respirando en la superficie del agua.
Un estudio prolongado permitiría distinguir "entre los atletas con asma que eligen la natación y los que desarrollan asma por la exposición al entrenamiento de resistencia", dijo la autora principal, doctora Margo Mountjoy, de la Universidad McMaster, Waterloo, Ontario, Canadá.
Mountjoy, que es deportóloga especializada en deportes acuáticos y miembro de la Comisión de Exenciones de Uso Terapéutico del COI y de la Asociación Mundial Antidoping, estudió con su equipo pruebas objetivas del diagnóstico de asma en los atletas acuáticos que compitieron en los Campeonatos Mundiales FINA del 2005, 2007 y 2009, y de los Juegos Olímpicos del 2004 y 2008 en natación, nado sincronizado, buceo, polo acuático y natación en aguas abiertas.
Los atletas con asma debían demostrar con un test clínico que padecían una obstrucción de las vías aéreas para poder utilizar los medicamentos inhalables prohibidos durante la competencia.
Las pruebas de natación contaron con más participantes asmáticos o con otro tipo de obstrucción de las vías aéreas que otras disciplinas acuáticas en la mayoría de los años analizados.
La única excepción fueron los Juegos Olímpicos del 2008, en los que los competidores de nado sincronizado y natación en aguas abiertas también compartieron altas tasas de asma. En los años estudiados, el 12-25 por ciento de los nadadores tenía asma.
En el 2008, casi el 25 por ciento de los nadadores, el 26 por ciento de los nadadores en aguas abiertas y el 22 por ciento de los participantes de nado sincronizado tenían asma. Y eran más los atletas con asma en las disciplinas de resistencia, como el triatlón, el pentatlón o el ciclismo, que en deportes como esgrima, vóley o ping-pong.
El asma era más común en las disciplinas acuáticas de resistencia (natación, natación en aguas abiertas y nado sincronizado) que en disciplinas como buceo, según publica el equipo en Journal of Allergy and Clinical Immunology.
"No me sorprendió esta alta prevalencia del asma en los nadadores -dijo Mountjoy por e-mail-. La sorpresa fueron las diferencias significativas con los deportes de resistencia y las distribuciones geográficas."
Eran más los atletas de Oceanía, Europa y Norteamérica con asma que lo de Asia, Africa y Sudamérica. "Fue muy interesante encontrar también que aunque el asma es más prevalente en las mujeres que en los hombres en la población general, esta diferencia no aparece en los deportistas de elite", dijo.
El doctor Don McKenzie, que estudia la fisiología respiratoria del ejercicio en la Universidad de Columbia Británica, Vancouver, explicó que "la exposición al cloro y las sustancias cloradas es la responsable de los cambios en la hiperreactividad de las vías aéreas". A más nado, más riesgo, y los atletas de elite son los que más tiempo pasan en contacto con esas sustancias químicas, según dijo McKenzie, que no participó del estudio. "Si uno nada en piscinas sin cloro, lagos, océanos, el riesgo desaparece", aseguró.
Alfred Bernard, dela Universidad Católica de Lovaina, Bruselas, Bélgica, coincidió. Los buzos y los jugadores de polo acuático hiperventilan menos que los nadadores de elite de disciplinas de resistencia, respiran más por la nariz y no inhalan continuamente el aire cargado de cloro sobre la superficie del agua, lo que explicaría, para Bernard, la menor prevalencia del asma.
"Los beneficios de la natación para la salud son numerosos y el riesgo de desarrollar asma en la práctica deportiva de elite no supera esos otros efectos tan importantes", finalizó Mountjoy.