Día de salario no alcanza para comprar el pescado más barato
En Barcelona, el kilo de una especie accesible alcanza los 250 bolívares. La jornada diurna de un trabajador es de 187,42
Salvador Passalacqua
@spassalacqua
En el mercadito informal de La Chica, en pleno centro de Barcelona, extrañan la religiosa compra de pescado los sábados cercanos a Semana Santa, una oportunidad para el aumento ligero de las ventas. En estos días prefieren vociferar las especies, en lugar de los precios, para atraer clientes que llegan a cuentagotas.
No es una zona conocida por su oferta en pescadería, pero hay dos tarantines concurridos por habitantes del Casco Central por ofrecer lo que en otrora se consideraba accesible. Pedazos de hielo triturado caen sobre el pescado y también una mosca, ante las miradas renuentes de quienes terminan yéndose sin llevarse ni un kilo.
El más barato, el cataco de ojo gordo, cuesta 250 bolívares. El precio supera en 35% la jornada diurna de un trabajador que devenga salario mínimo, ubicada después del aumento de febrero en apenas 187,42 bolívares.
“Esto es pescado para freír. Debería ser barato”, explica el ama de casa Omaira Cifuentes, presionando con el dedo una lamparosa de 300 bolívares. “Se ve fresco, pero no lo voy a comprar. El presupuesto solo alcanza para pollo. En Semana Santa no podremos ni pecar en mi casa, porque la carne también está carísima”, lamenta.
Tulio González mira cómo destripan las sardinas, tentado a esperar que “las arreglen” para comprar un poco. “Estoy pensando en no llevarme nada. Buscaba chucho o raya, pero eso se consigue en mercados grandes”, reflexiona.
Solo una cuarta especie yace en una carretilla: cabaña blanca. Sale en 300 bolívares por kilo. Ninguno de los tarantines exhibe corocoro, otro tipo demandado que actualmente se ubica en el umbral de los 400 en expendios como Los Cocos y Los Boqueticos en Puerto La Cruz.