Ante la falta de productos alimenticios automercados se las ingenian para llenar los anaqueles y queluzcan vistosos, pero éstos solo exhiben detergentes líquidos de diversos colores, servilletas y salsas de ajo en cantidades industriales
Niurka Franco
“Dios mío qué va a ser de nosotros en este país”, comentó en voz alta una mujer que caminaba con ojos exaltados por cada uno de los pasillos del hiper mercado Central Madeirense de Barcelona, mientras refería que era su tercera vuelta al local y nada que conseguía.
Esta experiencia no es extraordinaria, al contrario, es lo que viven la mayoría de los venezolanos, ante una situación de escasez que no solo preocupa, sino que ya ha comenzado a producir estragos en la salud, sobre todo de los más pequeños y jóvenes.
“Mi hija menor se desmayó ayer al llegar a la casa porque estuvo desde la mañana hasta las 2 de la tarde en la UDO sin comer, antes cuando el comedor funcionaba al menos comía algo allí pero ahora ni eso, expresó Rafaela Portales, quien fue abordada a la salida de una farmacia en Barcelona. “Intentaba comprar unas vitaminas del Complejo B, pero tampoco, esta situación nos está matando y lo peor es que nada de lo que hagamos parece importar a quienes nos llevan por el despeñadero”.
Un recorrido por automercados y franquicias farmacéuticas de Barcelona y Lechería, permitió constatar que en estos abundan productos de limpieza, gaseosas y chucherías. “Mataremos el hambre con esto”, comentó una joven que se disponía a cancelar dos paquetes de papas fritas y un refresco de dos litros”.
La realidad que se vive en el país de acuerdo con lo dicho por especialistas, puede generar a la postre graves daños a la salud, debido a la baja ingesta de alimentos proteicos, exceso de azúcares y muy pocos nutrientes amén de una excesiva carga de estrés.
“De continuar por el camino que vamos, a la vuelta de unos años y hasta menos, tendremos una población con problemas de obesidad, pero además con complicaciones como diabetes y otras afecciones derivadas de mala nutrición”, afirma el doctor Antonio Carrasquel, quien sugiere que independientemente de la crisis y el bajo poder adquisitivo, se haga el esfuerzo por comer aunque sean raciones pequeñas de alimentos nutritivos y no comida chatarra. “Es un poco difícil ahorita con la crisis hacerlo, pero la salud bien vale sacrificios”.