Mujer amenazó con inmolarse en Puerto La Cruz
La calle Honduras de la localidad porteña fue acordonada por funcionarios de Protección Civil, Bomberos y la Policía del estado. La mujer de nombre Teresa reaccionó violentamente ante una medida de desalojo del Tribunal Séptimo de Sotillo
Niurka Franco
Este miércoles en la mañana, la calle Honduras de Puerto La Cruz estuvo cerrada por efectivos bomberiles, policiales y de Protección Civil, ante la alarma generada por una mujer que amenazaba con inmolarse haciendo estallar una bombona de gas y varios envases de gasolina.
Teresa es su nombre y la violenta reacción fue a raíz de la presencia del Tribunal Séptimo del Municipio Sotillo, el cual se trasladó al lugar para ejecutar una sentencia de desalojo de un local comercial que Teresa y otras tres personas, decidieron ocupar ante la falta de una vivienda.
Se conoció que las personas habían rentado hace más de 18 años el local con fines comerciales, pero ante la quiebra del negocio y la falta de un techo propio, decidieron instalarse allí para vivir.
Cesar Marrero, profesional del derecho y apoderado del local, estuvo presente junto a los representantes del Tribunal y observó con estupor la inesperada reacción, la cual según explicó, obligó a posponer la medida, debido a que estaba en juego la integridad no sólo de las personas involucradas, sino de la comunidad.
“Son reacciones imprevistas que se generan por la misma situación del país, a esas personas supuestamente les habían ofrecido una vivienda, pero nunca se las dieron, por eso decidieron dar un uso distinto al local que había sido alquilado para actividad comercial y no como residencia”, dijo.
La Defensoría del Pueblo intervino en el caso para intentar proveer un albergue a Teresa y a su familia, quienes supuestamente ya habían pasado por una situación similar en Guanta.
Para la mañana de este jueves trabajadores sociales sostendrán un encuentro con los ocupantes del local comercial, entre ellos una señora de 60 años, fin de buscar una salida al problema que afecta no sólo a ellos, sino a miles de familias en la entidad, donde el déficit habitacional constituye un problema crónico.