La petroindustria sigue sin echar a andar el pleno desarrollo en Anzoátegui
La BPISO, como en vida la denominó el ex presidente Hugo Chávez, tiene fortalezas por el parque petrolero existente en el eje oriental, pero intrascendente en la real transformación urbana
Alexis Castillo/ @alexisnoticia
La cimentación del desarrollo de una región de las características del estado Anzoátegui, todavía sigue siendo un concepto, un paradigma manoseado hábilmente en el discurso partidista, proveedor de milagros y realidades que pueden desmoronarse con un soplido.
Tal perspectiva es un tema controvertido entre distintos sectores de la vida pública, que debaten sobre la materialización de este progreso territorial y social en el que confluyen aspectos tan determinantes e influyentes como la concentración de los medios de producción, de la población, de los recursos naturales, financieros, administrativos, urbano, de servicios, entre otros.
La competencia y la capacidad del sector petrolero constituyen un elemento esencial a la hora de valorar esta discusión, porque Oriente concentra una portentosa plataforma petroindustrial, que incluso el fallecido presidente Hugo Chávez, llegó a denominar como Base Petroindustrial Socialista de Oriente (BPISO).
En vida Chávez lo visualizó como un nuevo polo de desarrollo estratégico, y así lo hizo saber durante la transmisión de su programa Aló, Presidente número 361 realizado en las instalaciones de la empresa Petroanzoátegui, ubicada en el Complejo Petrolero, Petroquímico e Industrial General de División José Antonio Anzoátegui.
En aquella oportunidad destacó que tal arquitectura energética debía ser aprovechada en la fortaleza del parque petrolero existente. En el caso del eje oriental, está la Faja Petrolífera del Orinoco, fuente de reservas de hidrocarburos líquidos más grande del mundo, que comprende una extensión de 55.314 km2 y un área de explotación actual de 11.593 km2, ubicada al sur de los estados Guárico, Anzoátegui y Monagas.
“Este gobierno ha torcido la orientación de política petrolera”
Otra es la opinión de líderes sindicales de la Faja como Geovanny Moreno, quien sostiene que en cuanto a la generación de empleo, la industria petrolera contribuye con un relativo bienestar, no así en la inyección de recursos que hagan visible una transformación de la ciudad que la circunda.
“Siguen siendo pueblos deprimidos, rurales, donde sus habitantes siguen luchando contra fallas de servicios públicos que han debido estar superados mediante la inversión petrolera. Eso es lo que genera tal contrasentido”.
Coincide con este dirigente, Raúl Párica, director ejecutivo de la Federación Unitaria de Trabajadores del Petróleo, Gas y Similares (Futpv), para quien el manejo soberano de Pdvsa debe ser trascendente en el pleno bienestar social.
“Es contradictorio que contando la petroindustria con reservas de petróleo, gas y carbón, potencial hidroeléctrico y grado de desarrollo tecnológico, sea débil la incidencia en el fomento del desarrollo sostenible de Anzoátegui”.
Párica añade que “si usted recorre pueblos, municipios, caseríos y sin ir muy lejos, zonas urbanas, se fijará que persiste el atraso, la pobreza de infraestructura, donde todavía existen calles y vías de tierra, poblaciones enteras a merced de la sed”.
Tito Barrero, presidente de la Federación de Trabajadores (Fetranzoátegui), añade que el sustento de la política petrolera se ha invertido desde la verdadera nacionalización emprendida por el gobierno nacional.
“Este gobierno ha torcido la orientación de política petrolera, de ser una industria competitiva, altamente especializada, que debe ser el motor de la diversificación de la economía y el desarrollo del país”.
Prosigue: “Han convertido a Pdvsa en un modelo orientado a la dádiva, sostén del populismo y el fracaso que muchos en el gobierno niegan”.
Barreto acotó que “antes decían que había una industria infiltrada por el Imperio, exportadora de crudos y poco integrada al país, pero en más de 16 años Pdvsa ha pasado a una industria nacional, importado en vez de exportadora de productos, integrada a los planes partidistas del gobierno nacional, dependiente internacionalmente y una empresa endeudada”.
Tan sólo Anzoátegui cuenta con el Complejo de Mejoradores de crudo en una superficie de 740 hectáreas desde las que operan empresas mixtas como Petromonagas, Petropiar y Petrocedeño, antiguas asociaciones estratégicas de la Faja, en las que la Corporación Venezolana de Petróleo ahora maneja la mayoría accionaria en representación del Estado.