Cada día hay más profesionales manejando taxis
El creciente desempleo en Anzoátegui ha llevado a numerosos profesionales a prestar servicio de transporte, desafiando la inseguridad, pero garantizándose un ingreso que supera con creces al salario mínimo
Niurka Franco
Venezuela registra uno de los niveles de desempleo más altos de América Latina, según datos presentados recientemente por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) y la Organización Internacional del Trabajo (OIT) en un informe.
Al cierre del primer semestre del año la más elevada desocupación estaba concentrada en Colombia, seguida de Costa Rica, Paraguay y Venezuela.
En el estado Anzoátegui, la desocupación se evidencia en el crecimiento sostenido de la economía informal, así como en el aumento de profesionales fungiendo como taxistas.
Basta con detenerse unos minutos en cualquier avenida de Barcelona, Puerto La Cruz, Lechería o Guanta por mencionar sólo el área metropolitana, para observar toda una gama de vehículos que prestan el servicio de taxi, desde los más sencillos hasta camionetas último modelo.
“La situación está caótica”, acusa Frederick Bravo, estudiante de ingeniería mecánica en la UDO, quien señala que cada día desafía la inseguridad trabajando en su carro, para cubrir sus gastos.
“Por lo general trabajo fijo desde la Universidad Santa María, pero como ahorita están de vacaciones, me desplazo por los centros comerciales y me ha dado buenos resultados durante esta época, porque en un día puedo ganar hasta tres mil bolívares”.
Leonardo Fabello, es TSU en relaciones industriales y afirma que ante la imposibilidad de contar con un empleo formal bien remunerado, optó por afiliarse a la línea Super Taxi VIP.
“Al igual que yo en la empresa la mayoría son profesionales. Tengo compañeros ingenieros, economistas, contadores y abogados, algunos están trabajando, pero lo que ganan no les alcanza y tienen que buscar un ingreso extra”.
Señala que las ganancias que percibe como taxista, no se comparan con lo que devengan algunos de sus colegas, dado el alto índice de inflación existente en el país. “Algunos devengan dos salarios mínimos, pero eso no alcanza ni siquiera para comprar la cesta básica, recalcó.
Mujeres de armas tomar
Pero el oficio de taxista no está reservado únicamente a los hombres, el otrora sexo débil poco a poco se ha ido incorporando a esta actividad que según comentan constituye una verdadera tabla de salvación en momentos de crisis.
Mariadela González es abogada y desde hace dos meses trabaja como taxista “pirata” con su vehículo.
Observa que le gusta su carrera, pero estima que éste no es el mejor momento para ejercerla, subrayando que frente a las circunstancias, decidió cambiarse el vestuario, hacerse una cola y a trabajar de taxista.
“La falta de empleo ha hecho que cada día seamos más las profesionales que debemos trabajar por nuestra cuenta, porque al fin y al cabo, hay que sobrevivir y en mi caso particular prefiero hacer de taxista que estar en una oficina pública vegetando o danzando de marcha en marcha cuando los jefes así lo determinen”.