Permisividad y corrupción convierten al país en ideal para exportar droga
Diplomático europeo estima que Venezuela puede superar a Colombia en pocos años en materia de narcotráfico
Con información de Reuters
El caso de las “narcomaletas” de Air France, que implicó la llegada de 1.400 kilos de cocaína colombiana a París en 31 maletas provenientes del aeropuerto de Maiquetía, consolida a Venezuela como la nueva alternativa para exportar droga sudamericana hacia Estados Unidos y Europa.
La policía francesa anunció entonces el mayor decomiso de cocaína en su historia tras una meticulosa operación con agentes franceses, británicos, españoles y holandeses. Los venezolanos fueron mantenidos en la oscuridad total. “¿Cómo iban a participarles de la operación sabiendo que los militares venezolanos eran los que estaban involucrados?”, dijo Mildred Camero, exjefa de la agencia antidrogas bajo el gobierno del fallecido Hugo Chávez y quien asegura que fue destituida por investigar lazos entre militares y el narco.
Al menos un centenar de militares y policías han sido procesados por tráfico de drogas en el último lustro, según datos del Ministerio Público. Entre ellos, ocho oficiales de bajo rango por el caso de las “narcomaletas”.
“El Gobierno de Nicolás Maduro sabe que el narcotráfico está enquistándose en su país”, dijo un diplomático europeo conocedor del tema que habló en condición de anonimato. La facilidad con que toneladas de cocaína son movidas a través de los puertos y aeropuertos de Venezuela ha llevado a analistas, afuera y en casa, a asegurar que los traficantes lograron corromper a las fuerzas castrenses. Pero el gobierno lo niega. “Son manzanas podridas, actuaciones individuales”, afirmó el ministro de Defensa, Vladimir Padrino.
Una ruta frecuente
Venezuela tiene una ubicación privilegiada para el comercio con Estados Unidos y Europa. Y eso ha sido aprovechado por los traficantes, que en la última década quintuplicaron los envíos anuales de cocaína hacia Europa y Estados Unidos a 300 toneladas métricas, la mitad de la droga producida en Sudamérica, según la oficina de Supervisión del Congreso de Estados Unidos (GAO, por sus siglas en inglés).
De acuerdo a la entidad, el volumen es similar a la droga que ingresa a Estados Unidos desde México y superior al que se exporta desde Brasil. “Debido a su permeable frontera con Colombia, sistema judicial débil, esporádica cooperación antinarcóticos y ambiente permisivo y corrupto, Venezuela es una de las rutas más frecuentes para el tráfico de drogas desde América del Sur”, denunció el Departamento de Estado en su informe antinarcóticos.
Pero hay otras razones. Una es el mercado. Venezuela es un punto ideal para exportar droga hacia Europa, a dónde los traficantes están cada vez más enfocados por los márgenes de ganancia hasta un 40% mayores que en Estados Unidos, según las cifras más recientes de la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito.
Otro factor fue la ofensiva de más de 14 años en la vecina Colombia apoyada por Washington, que debilitó al narcotráfico e hizo que muchos criminales se refugiaran en Venezuela. “Los líderes de grandes grupos colombianos del narcotráfico han convertido a Venezuela en su sede”, aseveró Steven Dudley, de InSight Crime, una organización sin fines de lucro dedicada a la investigación del crimen organizado en la región.
Maiquetía ha estado en los últimos años en el centro de numerosos escándalos de drogas. Antes de embarcar, muchos de los cinco millones de viajeros internacionales que cada año pasan por este terminal son sometidos a un engorroso escrutinio. Al azar, militares abren los equipajes revolviéndolo todo. Pero a veces la droga pasa directo a la pista de despegue.
Según expertos en tráfico de drogas, países de la costa atlántica africana como Ghana, Senegal y Sierra Leona se han convertido en una especie de almacén para buena parte de la cocaína que sale de Venezuela rumbo al mercado europeo.
Una de las evidencias más contundentes fue el hallazgo, a fines del 2009, de un Boeing 727 procedente de Venezuela calcinado en el desierto de Malí. La policía local concluyó que el avión aterrizó en una pista clandestina, descargó 10 toneladas de coca y fue incendiado para eliminar toda evidencia.
De África occidental la droga sudamericana sigue su travesía por mar o a través del desierto del Sáhara hasta España, su principal puerta de entrada a Europa. Según el propio Gobierno venezolano, el tráfico desde Venezuela suele involucrar a organizaciones como la ‘Ndrangheta o la Cosa Nostra italianas.
“Si los cargamentos de droga que salen de Venezuela siguen creciendo como en la última década, en pocos años el país habrá superado a Colombia como el hub sudamericano de la droga”, dijo el diplomático europeo en Caracas.
Alarmado por el constante sobrevuelo de aviones cargados de droga en los estados fronterizos con Colombia, como Apure, Barinas y Amazonas, el presidente Nicolás Maduro ordenó a la fuerza aérea derribar cualquier avión que viole el espacio venezolano. Unos 36 aviones y avionetas cargados con droga fueron capturados o derribados en el 2013. Este año van 25 interceptadas por cazas F-16 de la fuerza aérea venezolana.
“Las medidas que hemos tomado, sobre todo, con la ley de control del espacio aéreo, han disminuido esa tendencia significativamente”, dijo el ministro López, asegurando que el pago a los pilotos de las narcoavionetas que pasan por Venezuela se ha triplicado en el último año por el riesgo que significa ingresar al país.
Sin embargo, en los llanos venezolanos ubicados a lo largo de los 2.219 kilómetros de frontera con Colombia, los narcotraficantes siguen adquiriendo fincas rústicas con la intención de construir pistas clandestinas para el aterrizaje y despegue de avionetas repletas de droga. “Lamentablemente, el estado Apure ha sido utilizado como puente para el narcotráfico”, reconoció recientemente el gobernador de esa entidad, el oficialista Ramón Carrizales.