La obra “Compañeros de viaje” le anotó un jonrón a la vida
Barcelona le abrió las puertas a los talentos del estado Portuguesa este 14 de octubre, quienes relataron la historia de un fanático de Magallanes y otro de los Leones
Redacción/Barcelona
La Compañía Regional de Teatro de Portuguesa, presentó este 14 de octubre con gran éxito su obra “Compañeros de viaje”, dirigida por Carlos Arroyo, en la sala del Teatro Jesús Márquez de Barcelona.
El trabajo de la agrupación es un homenaje a la amistad entre dos fanáticos de los grandes rivales del béisbol venezolano, a pesar de los problemas de salud que afectan a Francisco (Navegantes del Magallanes) y la soledad que entristece Cristóbal (Leones del Caracas), para quienes planear un viaje a España será la escapatoria a todos los desafíos que les pone la vida.
En medio de la oscuridad, una luz comienza a robarse los primeros segundos de la obra, para dar pie a la primera aparición de uno de los actores Aníbal Grunn (Francisco), un hombre que lleva la vida con humor y es amante de las mujeres. Con un sobre blanco que cubre parte de su rostro y acompañado de una canción que habla de la soledad, aguarda su turno mientras la luz corre al otro lado del escenario.
Apoyado en un bastón, Cristóbal (Wilfredo Peraza), un hombre muy pacífico que adoraba a su mujer, baila en círculos el bolero de fondo. Luego, la atención se va a la mesa de la casa de Francisco, quien tiene en su poder la caja de dominó que distrae cada día a estos personajes, ambos viudos.
La incertidumbre de estos ex jugadores de béisbol no se basa en saber quién ganó el juego de la noche anterior, sino de si la vida metió un jonrón o si la muerte un out.
El sobre que intrigó al principio, sería el árbitro del partido de Francisco. Conocer el resultado de unos exámenes médicos era el deseo de los que lo querían por muchas temporadas más, pero él prefería no abrirlo y mantener la expectativa al máximo. Comer caramelos, beber café y jugar dominó era el pasatiempo de estos fanáticos de la vida.
El teléfono no paró de sonar. Muchos preguntaban por su hijo, que se iría a España a seguir con su sueño de consagrarse como músico. Otros para saber si Francisco había ido al laboratorio. “Lo hacen porque te quieren, Francisco”, decía su mejor amigo, mientras él solo evitaba decir que ya tenía la respuesta en sus manos. “Tú le tienes miedo a la muerte”, gritaba él, quien por dentro deseaba leer un resultado positivo.
Entre lágrimas
Una conversación en medio de varios partidos de dominó revelaba los secretos que abrumaban a estos compañeros. Francisco tendría nuevos huéspedes para que “no esté solo” y Cristóbal se quedaría en un geriátrico porque sus hijos se irían del país. El que ya tenía hasta un gato en su casa y a una solterona, le propuso al otro formar parte de su lista familiar.
El monólogo de Francisco logró arrancar lágrimas en el público. Un relato de aquellos miedos que lo invadían, creaba una atmósfera de tristeza en el escenario. Su amigo, apoyando su mano en el hombro, escuchaba con atención. Ahogados en un mar de lágrimas, ambos reflexionan sobre su transitar por la vida.
Sin embargo, una mejor idea tomó vuelo. Irse a España con su hijo fue la solución de Francisco, quien no dudó un segundo en invitar a su compañero de viaje. Esa iniciativa motivó la quema del sobre blanco que generó tantas interrogantes. A partir de ahí, soñar con ese viaje fue el tema de conversación de ambos amigos por el resto de sus días.
Rumbo a Atenas
“Compañeros de viaje”, una obra de la Compañía Regional de Teatro de Portuguesa y dirigida por Carlos Arroyo, se estrenó en año pasado en varias salas de teatro del país. Ahora traspasará fronteras para mostrar la genialidad de este grupo venezolano en Grecia.