Lo que ocurre en las escuelas es el reflejo del país
La organización no gubernamental Fundacrecer intenta ofrecer herramientas a los padres, representantes y maestros en la búsqueda de un mejor ciudadano, no sumiso pero tampoco agresor
Niurka Franco
A través del taller “No me hace caso, ¿qué hago?”, un equipo multidisciplinario invitado por la organización no gubernamental Fundacrecer, intenta ofrecer orientación a las comunidades de manera que se pueda visualizar a través de la educación del niño, al hombre que se quiere formar para el futuro.
“No nos podemos dar el lujo de renunciar a la esperanza”, sostiene el psicólogo Fernando Pereira, escritor y conferencista, quien participó este lunes en el taller celebrado en el Colegio de Abogados, auspiciado por Fundacrecer, organización sin fines de lucro a cargo de la psicóloga Nilsa Manzano.
A través del programa Mar de Fondo, con Omar González Moreno que se transmite por Kys DCC 98.3 FM., Pereira explicó que a la pregunta que muchos padres se hacen cuando un niño no les hace caso, la respuesta debe partir de cuánto conocemos acerca del desarrollo del niño o adolescente.
Expresa que la situación de violencia que ocurre en las escuelas venezolanas, llamado bullying, es reflejo de la inacción y la agresividad que se vive en el país.
Refiere que cuando se llega a un caso como el ocurrido en Caracas, (Caricuao) en el cual la violencia llegó al homicidio de una joven, es consecuencia de la inacción y la exclusión. Tuvo que haber pasado mucho tiempo de acumulación de rabia y de maltrato, tanto por parte de los agresores como de la propia víctima. A su juicio, no se llega a ese nivel de violencia de un día para otro.
El especialista refiere que el castigo no es el mejor método para corregir a un niño. “Tenemos que visualizar al ciudadano que estamos educando. Si lo queremos crítico, autónomo, pensante, tenemos que permitirle desde niño que se exprese. No podemos castigar al niño para que sea bueno, porque eso implicaría que el termine castigando a otros niños para que sean buenos. Infundir no respeto no tiene que ver con la violencia. El éxito no está ligado a la agresión”.
Entre los aspectos referidos por el profesional de la psicología destacan la necesidad de formar hombres que puedan disentir y ser críticos sin que ello implique irrespetar o agredir a otros. “No queremos niños sumisos, pero tampoco agresores”.