Candidatos del PSUV muestran reparto de cuotas de poder
Los candidatos oficialistas muestran el último reacomodo de las fuerzas que luchan por mantener el poder e impedir la “infidelidad política”
Con información de El Nacional
En el plan para mantener el control del Poder Legislativo el oficialismo no solo inhabilita a opositores e intenta dividir a la MUD con ayuda del TSJ y la Controlaría General, sino que también concibió una maqueta de candidatos variopinta.
5 primeras damas, 17 ministros y viceministros, 4 militares, 6 cantantes y 2 deportistas, sin contar a funcionarios medios de alcaldías y gobernaciones. Los objetivos son claros: captar el voto masivo de jóvenes y sentar en las curules a “dirigentes leales”, porque el principal temor de Miraflores es el salto de talanquera en el período próximo.
En efecto, el primer vicepresidente del PSUV, Diosdado Cabello, anunció que los candidatos de su partido firmarán en los próximos días un “acta de compromiso con la revolución”. El documento constituye una “renuncia anticipada” que sería utilizada en caso de desliz político.
Reacomodo y cuotas
Los candidatos oficialistas –los elegidos en primarias para los circuitos y los de lista seleccionados por la cúpula– muestran el último reacomodo de las fuerzas que luchan por mantener el poder e impedir la “infidelidad política”.
El politólogo Nicmer Evans y el presidente de la encuestadora Delphos, Félix Seijas hijo, coinciden en observar el reparto de espacios entre los grupos del PSUV.
“Los candidatos responden a cuotas de factores de poder que se consolidaron tras la muerte de Hugo Chávez. Antes los poderosos eran Rafael Ramírez, Elías Jaua, Jorge Arreaza y Diosdado Cabello. Ahora surgen otras fuerzas: El Aissami, por ejemplo, lleva candidatos al Parlamento; Jaua recupera control y Cabello pasa a ser actor principal. Maduro lanza a Cilia Flores en Cojedes para aumentar su cuota”, afirmó Evans.
El disidente del PSUV observa cómo el chavismo es desplazado por “el madurismo”, que busca controlar el Poder Legislativo. “Cuando Chávez murió, Roque Valero dijo ‘¡soy madurista!’, lo que abrió las puertas a quienes se perfilan como seguidores del presidente. Maduro se mueve y consigue como aliado a Ricardo Sánchez, que era suplente de María Corina Machado, y el partido Alianza para el Cambio termina dentro del Polo sin que el tema haya sido debatido en la alianza”, advierte Evans.
A su juicio, la ruptura del chavismo es evidente porque Chávez abría las puertas a la disidencia oficialista en lugar de sacarla del juego, pero no traía a opositores radicales como Sánchez. “Chávez perdonó a Arias Cárdenas por ser su compañero de armas y a Didalco Bolívar porque no buscó cargos. Maduro, en cambio, buscó a William Ojeda y le dio un puesto, y a Sánchez lo usa para irritar a la oposición”, dijo el analista político.
Ruido y caras nuevas
Seijas sostiene que Maduro buscó nombres relevantes de varios sectores para concretar su objetivo principal: ganar más curules y sacar más votos. “Roque Valero crea ruido y despierta interés electoral. El medallista olímpico Rubén Limardo moverá a los jóvenes, aunque no entra en la categoría de incondicionales como Cilia Flores y los ministros”, dijo.
Considera que, a diferencia de 2013, esta vez Maduro necesitará “muchos dakazos” para asegurar una victoria. En esa estrategia se inscriben la inhabilitación de candidatos de la MUD y la intervención de partidos como Copei y MIN-Unidad. “Con el caso de María Corina Machado el gobierno desató la percepción de que en la oposición no hay unidad”, indicó el encuestador.