Por qué en América Latina se pagan menos horas extra que en otras partes del mundo
En Venezuela se aprobó en 2012 una Ley Orgánica que consagró una jornada laboral de 40 horas semanales
Con información de BBC
Los gobiernos del mundo industrializado están inclinándose a pagar más y mejor las horas extras que trabajan los empleados de sus países.
Pero en buena parte de América Latina ha venido imperando el sistema contrario. Con el argumento de mejorar la competitividad de las economías, las reglas en muchos países latinoamericanos han hecho que los empleados reciban menos por las horas extra que trabajan.
Venezuela aprobó en 2012 una Ley Orgánica que consagró una jornada laboral de 40 horas semanales, en vez de las 44 existentes antes, garantizando el derecho a pagos de horas extra para las jornadas que superasen esas 40 horas.
Colombia es un caso paradigmático. En 2002, el gobierno del entonces presidente Alvaro Uribe impulsó una reforma laboral que restringía el pago de horas extras.
Su objetivo era reducir los costos laborales de las empresas, y así impulsar la generación de empleo.
Algunos argumentan que pagar más horas extra incrementa los costos laborales y dificulta la generación de empleo.
Una tendencia que se ha visto en muchos otros países de la región.
En Chile, por ejemplo, la ley reconoce pago de horas extra para cuando se superen las 45 horas de jornada laboral semanal. En Argentina es por 48 horas y en Brasil por 44.
En México se aprobó una controversial reforma laboral en 2012 que también apuntaba a la flexibilización de las normas del sector, buscando que fuera menos caro para las empresas contratar empleados.
Entre otros asuntos, la reforma permite a las empresas contratar trabajadores por unas cuantas horas en vez de por jornadas completas.
¿Cambio de paradigma?
Pero la marea puede estar cambiando en la región frente a la controversia de las llamadas reformas de flexibilización laboral.
Algunos gobiernos de izquierda han introducido cambios legales que avanzan en la dirección opuesta.
En Brasil en 2012, se aprobó una ley que ordenaba a los empleadores pagar horas extra a los empleados que recibiesen o enviaran mensajes de correo electrónico o llamadas telefónicas laborales fuera de los horarios normales de oficina.
En materia de política económica, América Latina ha seguido con frecuencia el derrotero fijado por Estados Unidos y otras grandes naciones industriales.
Y ese derrotero parece indicar dudas grandes frente a los que argumentan que para generar más empleos y más prosperidad, hay que pagar menos.