En riesgo de regresar a la pobreza muchos miembros de la nueva clase media
Latinoamérica ha experimentado en los últimos años "una brusca ralentización" dentro del proceso de desaceleración de los mercados emergentes
Washington, 3 oct (EFE).- El Fondo Monetario Internacional (FMI) vuelve a América Latina para celebrar su asamblea anual en un momento de "brusca ralentización" y sombras sobre su futuro económico, casi cinco décadas después de la última asamblea anual del organismo celebrada en la región, en Brasil en 1967.
Después de una década de optimismo y logros indudables, especialmente con la salida de millones de ciudadanos de la pobreza y su entrada en la clase media, las incertidumbres sobre el crecimiento de la región en plena ralentización de China y caída de los precios de las materias primas se han incrementado.
"Este es un tema de gran preocupación. Muchos de estos nuevos miembros de la clase media están solo a un salario mensual o un gasto significativo de regresar a la pobreza. Su posición en la clase media es débil, en el mejor de los casos", explicó a Efe Eric Farnsworth, vicepresidente del centro de estudios Council of the Americas en Washington.
Las últimas previsiones de crecimiento del Fondo, divulgadas en julio, avanzaban en la tendencia a la baja, con una estimación de expansión económica para América Latina de apenas el 0,5 % en 2015, después del 2,9 % de 2013 y el 1,3 % de 2014.
Esta semana, la directora gerente del FMI, Christine Lagarde, remarcó que Latinoamérica ha experimentado en los últimos años "una brusca ralentización" dentro del proceso de desaceleración de los mercados emergentes.
"Las economías de la región necesitan restaurar el grado de credibilidad, la certidumbre en términos de qué cambios van a adoptar, y hacia qué tipo de diversificación quieren avanzar", apuntó Lagarde, en referencia a la excesiva dependencia de las exportaciones de materias primas.
Una de las grandes incertidumbres se centra en torno a Brasil, la mayor economía regional, para la que ya se preveía en julio una contracción económica de 1,5 % este año y que puede ser aún mayor.
De fondo, la sombra que se cierne sobre Latinoamérica es la transición de China hacia un modelo económico más centrado en el mercado interno, con unas tasas de crecimiento por debajo del 7 % anual y cuyos efectos ya se están notando en la caída de los precios de las materias primas, tanto minerales como agroalimentarias.
Por ello, apunta Farnsworth, la entrada de Latinoamérica "en recesión es ciertamente una posibilidad".
Otro de los grandes temas que centrarán las conversaciones de los delegados de los 188 países miembros es la volatilidad financiera que viven los mercados a la espera de que la Reserva Federal (Fed) de EE.UU. eleve los tipos de interés de referencia antes de final de año, como parece apuntar.
Lagarde calificó este inicio del ajuste monetario, junto con la evolución de China, como el "gran reto" que encara la economía global por sus implicaciones internacionales.
Precisamente, los bancos centrales de los países emergentes están encarando una creciente presión sobre sus divisas, cuyos valores han descendido notablemente desde el comienzo de año, y registrando importantes salidas de capital en previsión de la inminente subida de tipos de interés en EE.UU.
Estos, además de la necesidad de impulsar un crecimiento más sostenible y equitativo, así como el combate a la desigualdad, serán los ejes de la reunión que tendrá lugar en la capital peruana del 6 al 11 de octubre.
En el mismo marco también se celebrará un nuevo encuentro ministerial del G20, las 20 mayores economías del planeta.