Crónica de un desastre anunciado; Juan Rojas Velásquez / @juanrojasve
“No hay Ejército que detenga la fuerza de una Idea cuando llega su tiempo”: Víctor Hugo
El ejercicio desenfrenado del poder sin contrapesos vivido en Venezuela durante los últimos veintitrés años es una dura lección sufrida por el pueblo venezolano, y espero que también haya sido aprendida.
La idea de que el respeto a las Leyes es “una coartada de la burguesía para imponer su dominio de clase. Y por tanto, hay que dejar que la Revolución actúe por vías de hecho sin sujeción a la Ley para favorecer a los pobres”, se probó y se probó reiteradamente y de todas las formas, y todas las veces fracasaron.
Solo voy a referirme como ejemplo a la política de precios, porque el memorial de atropellos del gobierno a los ciudadanos, ignorando la Ley, es demasiado largo. Llegaban a los negocios y fijaban arbitrariamente los precios a criterio de funcionarios ignorantes, atropellando a comerciantes y gerentes con la fuerza pública uniformada, y hasta llevándose presos a ciudadanos indefensos ante un gobierno sin ley. Ignorando los principios y leyes de la economía y las normas de decencia y respeto a la persona humana. Todos esos atropellos produjeron esa terrible escasez y cierres de negocios, así como pérdidas de empleos.
Ahora los negocios venden productos importados con precios en Dólares, y el gobierno “se hace de la vista gorda”. Después de arruinar la economía, ahora aflojan los controles y la represión a comerciantes e industriales sin solución de continuidad, sin reconocimiento alguno del terrible efecto de esas políticas económicas equivocadas, y con su “Cara de Tabla” anuncian supuestas Aperturas Económicas.
Finalmente, después de someter a los ciudadanos venezolanos al fracaso estruendoso de ese “experimento inhumano de ingeniería social” que es “El Socialismo del Siglo XXI”, vienen a caer en la cuenta de lo que la ciencia económica ya había determinado hace casi un Siglo, verificándose la máxima de Víctor Hugo, el gran escritor y filósofo francés.
