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Chísmenes de Federico: Camunina contra Diosdado

En las alturas del poder siempre hay conspiraciones intestinas. Aquí y donde haya políticos que aspiran ser gobernantes. Desde la muerte de Chávez el chavismo quedó dividido en dos tendencias: Maduro y Diosdado. El primero accede a la presidencia por el ruego de Chávez al país para que “voten por Nicolás…”. Nada difícil suponer que Diosdado no quedó muy halagado por la decisión del comandante pero la aceptó y tiempo después hasta dijo que no deseaba ser presidente. Desde luego que nadie le creyó. Diosdado quiso con esa declaración alejar competidores inmediatos mientras él preparaba la maquinaria del partido a su servicio. Y lo ha logrado. Hoy Diosdado compite con Maduro de tú a tú. Uno domina en Miraflores y el otro en el PSUV. Ambos, por ahora, se necesitan mutuamente y ambos saben que sin esa sinergia no resisten el empellón.

En los últimos meses, una vez proclamado Maduro en la reelección que poca gente reconoce, se ha intentado cercar a Diosdado desde Palacio. Sin proponérselo Nicolás le abrió el camino a Diosdado a la presidencia de la ANC. Y aunque para contrarrestar el peso del partido montó “Somos Venezuela” con Delcy el frente de ese aparato, la estrategia no ha dado resultado y Diosdado se crece, también ante la ausencia de otros líderes que le ronquen en la cueva. Pero la guerra ha proseguido desde varios ángulos, en especial en lo concerniente a la FANB donde Diosdado lleva cierta ventaja por ser parte de ella. El 5 de junlio Maduro no pudo relevar al ministro Padrino López temiendo que este uniera sus cuadros a los de Diosdado. Se vio obligado a colocar a un pariente cercano de Diosdado como jefe del ejército lo que merma la fortaleza de Padrino en el componente más relevante del aparato castrense.

El hecho más reciente y que enojó a Diosdado fue el reenvío de Héctor Rodríguez a la mesa de negociaciones que ahora se practica en Barbados. Se asegura que el vice del PSUV le había exigido a Maduro no continuar estimulando las apetencias del gobernador de Miranda. Pero como las mediciones revelan que ante una probable repetición de las presidenciales Maduro pierde de calle, el presidente prefiere a alguien de su cobijo con el banderín del PSUV y ese es Héctor Rodríguez porque los anteriores privilegiados han perdido mucho vuelo. Las turbulencias en el PSUV no son un secreto. No hay comedero en la capital donde cualquier día se tropiece uno con un personaje relacionado con el alto chavismo que no le comente el asunto. Ayer estaban en el Marriot tres generales que en voz nada prudente analizaban la repartición de influencias de Maduro y Diosdado en la FANB con miras a una probable elección presidencial.

Federico Izquierdo (CNP 511)

Caracas, 10-07-2019