¿Sindicalistas o mercaderes del templo?
José Angel Borrego
Si algo tienen en común los sindicalistas que avivan conflictos por razones varias entre las cuales predomina lo salarial, es la falta de sinceridad con los trabajadores. Hay dos tipos, pero ambos actúan en similar dirección. Por un lado están los afectos al gobierno que “presionan” a Corpoelec y Vencemos respectivamente, pero según opinión de algunos trabajadores, lo hacen para evitar que un opositor asuma la conducción del conflicto; aparecer ante ellos (los trabajadores) como sacrificados por los intereses colectivos y por otro lado presionar en Caracas para obtener prebendas personales. Eso no lo decimos nosotros que ignoramos el intríngulis de cada situación, pero es la opinión generalizada de quienes laboran en esas empresas del Estado, sometidas a una “presión” que no es más que “pantalla” para aparecer como héroes ante los trabajadores, aunque éstos ya no se dejan engatusar.
Específicamente mencionan algunos afectados a los señores De Sousa y García (Corpoelec) y Chaparro (Vencemos) tres de los más prominentes sindicalistas. Con los dos primeros este periodista conversó telefónicamente para informarles que existe una propuesta que puede solventar en muy buena parte la reclamación que ellos supuestamente lideran por razones salariales. Con el tercero la conversación fue personal. Ni unos ni otros siquiera respondieron. Informados de esta realidad, los trabajadores consultados solo dijeron: “Ya nada nos extraña”.
Debemos aclarar que tanto los trabajadores de Corpoelec como los cementeros hablaron con nosotros bajo condición (periodística) de garantizarles el anonimato porque temen represalias. Ya varios de estos sindicalistas han participado en el programa meridiano de Telecaribe y las opiniones del televidente son comprensibles porque sus “representantes” sindicales navegan en sentido inverso a lo que pregonan según dicen ellos.
De manera que los trabajadores, que hoy sufren la calamidad de empresas quebradas por la ineficiencia estatal que ni siquiera cumplen con normativas en materia sanitaria en sus instalaciones y también deben soportar el “conveniente estilo” de hacer sindicalismo en situaciones críticas. Porque se trata de personeros que no buscan solucionar las cosas, como pudo haber sido posible, sino espesar el carato para confundir a quienes, supone uno, deberían ser su mayor preocupación.