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Gerentes o Burócratas; por: Federico Izquierdo

Sin ánimo despectivo alguno, hay que aceptar que existe una diferencia evidente entre lo que significa un burócrata o un gerente. Si el burócrata ocupa un alto cargo podría pensarse que a su vez es gerente, pero no es así. Son tan contadas las excepciones al efecto que no podrían imputarse como tales. El burócrata no capta la cualidad gerencial en su cargo y por ende actúa divorciado de todo parámetro que lo vincule con la eficacia que se le exige a un gerente. Entre otros factores (que no lo disculpan) porque el burócrata piensa más en sí mismo que en el objetivo como parte de un todo que debería obligarlo a remar en una dirección coincidente.

Un gerente, por ejemplo, realiza su trabajo en el entendido que de él se espera que haga productiva su gestión. La empresa depende de sus habilidades para obtener el provecho que la haga sustentable. Se le asigna un presupuesto específico para lograr un objetivo específico, que en su interior, además del producto, necesita obtener el provecho que justifique el esfuerzo financiero, gerencial, físico y otros. Un gerente debe generar riquezas para la empresa, para los trabajadores y para el país. No así el burócrata que solo dilapida dineros públicos aunque lo haga pensando que actúa en la dirección correcta cuyo dislate es por orfandad de criterio gerencial.

No me refiero a alguien puntualmente. Envuelvo a todos los burócratas, es decir, al Presidente de la República, sus ministros, los gobernadores y alcaldes y sus trenes ejecutivos, los presidentes de entes y empresas del Estado, diputados, legisladores, concejales y toda esa gama improductiva de funcionarios que atiborra lo oficial. Por esa razón en los países civilizados, el Estado no multiplica burocracias sino que la mayor parte de las funciones de sus competencias se contratan al sector privado. El alcalde de Dallas que maneja hoy un presupuesto anual de 20 mil millones de dólares tiene menos de 100 empleados. (Compare y juzgue)

Conversé con un empresario colombiano que construye viviendas de interés social para el Gobierno central, por licitación. El gobierno solo funge de intermediario para colocar las viviendas y otorga al empresario un anticipo contra aval bancario, hasta por el 20 % del monto de la obra. El resto lo aporta el empresario quien está autorizado a pre-vender las viviendas para aliviar la carga financiera propia. Aquí Chávez “inventó” el estilo de obsequiar viviendas que no son suyas y con ello se ha malbaratado tanto dinero que en manos gerenciales habrían producido el triple de lo que dice el gobierno ha logrado. Ello, tan solo gerenciando, no burocratizando.