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Régimen de Lukashenko intentó secuestrar a atleta que criticó a las autoridades deportivas bielorrusas

Krystsina Tsimanouskaya llamó al COI para pedir ayuda e hizo un video en redes sociales explicando su situación. La policía japonesa la resguardó y ahora Polonia le ofreció visa humanitaria para darle asilo

Juan Afonso/@jcabnews

Un incidente grave ocurrió en Tokio, Japón, en pleno desarrollo de las Olimpiadas. El régimen del dictador Aleksandr Lukashenko intentó secuestrar a la atleta Krystsina Tsimanouskaya, por haber criticado a las autoridades deportivas de Bielorrusia, país que ella representa en la justa deportiva.

Su crítica provocó la furia del régimen y ahora el aparato de propaganda la ha tildado de "vergüenza nacional". La dictadura le ordenó salir de Tokio para volver a Minsk, capital bielorrusa, donde sería arrestada al llegar. Ella se negó a abordar el avión de Turkish Airlines, que haría una escala en Estambul, Turquía, antes de llegar a Bielorrusia.

El entrenador de Tsimanouskaya además, amenazó con que ella "se suicidaría" si no regresaba a Bielorrusia, tornando más grave el problema.

Ante la situación, la atleta contactó con el Comité Olímpico Internacional (COI) y la policía japonesa la resguardó para llevarla a un sitio seguro. Ella le manifestó a las autoridades niponas sentir temor de volver a su país.

También hizo un video para redes sociales explicando su dramática situación.

De los países de la Unión Europea (UE) que están al tanto del caso, Polonia está dispuesta a darle una visa humanitaria para albergarla en ese país, si ella decide aceptarla.

El caso resonó tanto en Tokio, que una habitante de esa ciudad le ofreció refugio temporal en su casa, pues ella se enteraba de las protestas antigubernamentales en Bielorrusia por canales de Telegram que desafían la censura oficialista.

La represión contra los disidentes en Bielorrusia arreció desde agosto del año pasado cuando Lukashenko se alzó con 80% de votos en las elecciones presidenciales en Bielorrusia, que toda la oposición consideró como fraude electoral. La candidata que lo retó, Svetlana Tikanovskaya se tuvo que asilar en Lituania, y muchos otros candidatos acabaron presos, exiliados en países cercanos o dejaron la carrera por la presidencia.

Hubo muchos civiles arrestados y otros salieron del país huyendo de la persecución oficialista tras las protestas de agosto de 2020.

En mayo pasado, el régimen bielorruso obligó a una aeronave civil de pasajeros a descender bajo amenazas de derribarlos con fuerza militar por una supuesta alarma de bomba, pero la intención real fue arrestar al periodista disidente Roman Protásevich que iba en ese vuelo. El avión salió de Grecia e iba a Lituania.