El régimen defendió la acción, argumentando que se ajustaba a derecho por una alerta de bomba

Juan Afonso/@jcabnews

La Unión Europea sancionará a Bielorrusia por provocar un incidente grave de seguridad aérea al hacer bajar a la fuerza un avión comercial de Ryanair Airlines, que iba de Grecia a Lituania, y donde viajaba un periodista disidente bielorruso.

Roman Protasévich iba en la aeronave que pasó por espacio aéreo de Belarús, y fue arrestado cuando la nave aterrizó.

Esto movió al Consejo Europeo a redoblar las sanciones contra el régimen de Lukashenko. De hecho, acordaron tres tipos de acciones: ampliar la lista de dirigentes bielorrusos que no podrán estar en territorio de la UE, prohibir a las aerolíneas de ese país volar a destinos europeos, entre los que figura Barcelona, y preparar una serie de sanciones económicas.

Todo esto con exigencias de liberación del activista Protasévich, quien dirigía el canal de Telegram NEXTA, donde se convocaban protestas contra Lukashenko.

Otra repercusión seria derivada de este caso es que las aerolíneas europeas dejarán de circular en espacio bielorruso. Algunas de las que decidieron esto fueron Lufthansa, KLM, Air Baltic y la húngara Wizz Air.

Hasta Rusia se sumó al llamado internacional por el incidente. Estados Unidos también pidió la liberación de Protasévich y condenó el incidente.

Sin embargo, Bielorrusia defendió sus acciones, asegurando que se ajustó a derecho. Se había activado una alarma de bomba que resultó ser falsa.

"No cabe ninguna duda de que las acciones de nuestras autoridades competentes estaban en pleno cumplimiento con las normas internacionales establecidas”, declaró el portavoz del Ministerio de Exteriores bielorruso, Anatoli Glaz, en el sitio oficial de la cancillería.

Las autoridades no sabían que Protasévich se encontraba en el avión, pero el periodista dijo que lo estaban siguiendo hace rato agentes de la KGB (inteligencia bielorrusa, que conserva el nombre de la era soviética).