Catalina Ramos: La universidad debe ser una fuente de riqueza y prosperidad en la Venezuela libre
En “Venezuela, tierra de gracia”, la universidad debe ser autónoma
La Coordinadora Nacional de Asociaciones Ciudadanas del partido de la libertad enfatiza que las transformaciones de fondo de la sociedad venezolana solo serán posibles en libertad, no en el actual sistema
Nota de prensa
(Caracas. 19/08/2020) Catalina Ramos, coordinadora nacional de Asociaciones Ciudadanas de Vente Venezuela, señaló el pasado fin de semana que la universidad debe ser una fuente de riqueza y prosperidad en la Venezuela libre. Llamó, en ese sentido, a los profesores, estudiantes, académicos y egresados universitarios del país a sumarse a la elaboración de la visión y el proyecto de universidad que desde ya adelanta su organización política.
Durante un forochat organizado por estudiantes de la Universidad de Carabobo, Ramos detalló que “tenemos claro que el país que queremos es de libertades; donde el Estado de derecho sea el eje de conducción de la sociedad y donde el ciudadano sea el centro del desarrollo, teniendo para ello al Estado a su servicio. Un país que se deslastre de los males socialistas que nos trajeron hasta aquí. En esa medida, esa visión de país conlleva a nuestra visión particular de universidad”.
Emplazó a los universitarios a sumar a más sectores de la sociedad a su lucha contra los ataques perpetrados por el Estado criminal, como la violación de la autonomía, el ahogo económico, la creación de misiones y de nuevas universidades con cuestionables estándares de calidad, entre otros. “Lo que hagamos hoy frente a esta crisis definirá, no solamente la universidad que tendremos, sino el modelo de sociedad y el país que queremos tener”, añadió.
Modelo de universidad libre
La Coordinadora Nacional de Asociaciones Ciudadanas del partido de la libertad explicó que, bajo el plan “Venezuela, tierra de gracia”, la universidad está concebida para propiciar una cultura a favor de la libertad en todos los ámbitos: ético, político, económico, jurídico. “Igualmente, [las universidades] tendrían que ser espacios donde se difundan y cultiven los valores del Estado de derecho, la república y lo imprescindible de la transparencia en la gestión pública”, expuso.
Detalló que el modelo de universidad libre debe permitir que esta se deslastre del estatismo, el populismo y el clientelismo para dar apertura a espacios “para la libertad, la creatividad, la innovación, la generación de conocimiento y, en conjunto con la sociedad, la generación de prosperidad”.
Y añadió: “Las universidades tendrían que ser espacio para los debates a partir de concepciones amplias del ser humano y la sociedad y cómo desde la academia se puede contribuir a que la sociedad esté mejor. Nuestras universidades tendrían que ser espacios en los que los ejes conductores sean la excelencia, el mérito y el avance de los mejores, para incentivar y fortalecer esa cultura en la sociedad”.
En ese sentido, resaltó que la universidad de la “Venezuela, tierra de gracia” debe ser autónoma administrativa, académica, económica y financieramente. Una autonomía –detalló- que permita la relación y el crecimiento de la universidad con otros sectores del país y que le permita el diseño de sus programas de estudio, sus métodos de enseñanza y sus líneas de desarrollo “como lo decida su comunidad universitaria”.
“Si la universidad se relaciona orgánicamente con el sector privado, puede obtener ingresos importantes, a través de proyectos de investigación, asesorías, resolución de problemas concretos a la industria y al sector productivo. Podríamos plantear modelos en los que la universidad obtenga recursos por alianzas, convenios, servicios y contratos con empresas. Si pensamos en un país federal, las universidades podrían contribuir con el desarrollo de sus estados”, señaló.
Por último, mencionó que los egresados universitarios tienen también un rol importante en el modelo de universidad del país libre, mediante la participación en programas de apoyo directo a los mejores estudiantes, de aportes a proyectos para espacios puntuales, de conexión de planes universitarios con empresas y de clases virtuales y proyectos de investigación.
Universidad y país de todos
La universidad venezolana en el país libre debe ser el espacio de surgimiento de las ideas innovadoras, de ciudadanos valerosos, de pluralidad y de mérito que, practicadas en la sociedad, ocasionen círculos virtuosos de crecimiento, de riqueza, de desarrollo y de prosperidad. De todo esto dio cuenta Catalina Ramos en su intervención durante la actividad promovida por universitarios carabobeños. La universidad, como el país –según planteó- debe ser de todos y para todos.
“Para los jóvenes, la universidad tiene que destacarse como el espacio preferido donde formarse, que les permita avanzar y desarrollarse, donde se estimule la búsqueda de la excelencia y el espíritu de superación. Para los profesores, la posibilidad maravillosa del debate, de la investigación, de la creación de conocimiento y de la formación de profesionales; valorando el mérito y la excelencia”, enumeró.
Y continuó: “Para sus egresados, el espacio que despertó nuestro espíritu emprendedor, nuestra actitud innovadora y abierta al cambio y la búsqueda permanente de la superación de nuestros logros. Para las familias, la oportunidad de alcanzar, a través de un mejor desempeño profesional, su crecimiento y prosperidad personal y familiar”.
Por último, Catalina Ramos fue muy clara, al señalar que los cambios de fondo que la universidad venezolana requiere no son viables en el actual sistema. Por ende, enfatizó la urgencia de lograr el quiebre del Estado criminal venezolano mediante la conformación de una Operación para la Paz y Estabilización (OPE), que desaloje a las mafias del poder y del territorio mediante la fuerza en los planos militares, económicos, financieros y de propaganda.
“Solo en ese momento tendremos la oportunidad de plantearnos los cambios profundos que la universidad y la sociedad requieren”, finalizó.