Maduro pide a sus funcionarios contactar a bonistas para renegociar deuda
El Departamento del Tesoro autorizó en agosto a estadounidenses a cerrar acuerdos con Guaidó o equipos temporales nombrados por él en Estados Unidos. Esos asesores del opositor están en conversaciones con los bonistas
Con información de Reuters
El gobierno de facto buscará contactar a tenedores de su deuda para intentar una renegociación, dijo el lunes Nicolás Maduro, tras un fallido proceso impulsado hace dos años.
En el 2017 Maduro ya había anunciado una renegociación de la deuda, pero el proceso se congeló en medio de la crisis política del país, a lo que se sumaron las sanciones impuestas por Washington que impiden a ciudadanos y empresas de Estados Unidos a reunirse con funcionarios venezolanos.
Además Washington desconoce a Maduro y respalda al líder opositor, Juan Guaidó, como el mandatario legítimo del país luego que el también jefe del parlamento invocara la constitución en enero para proclamarse presidente encargado.
El Departamento del Tesoro autorizó en agosto a estadounidenses a cerrar acuerdos con Guaidó o equipos temporales nombrados por él en Estados Unidos. Esos asesores del opositor están en conversaciones con los bonistas.
En una conferencia de prensa, Maduro pidió a su vicepresidenta ejecutiva, Delcy Rodríguez, y al vicepresidente del área económica, Tareck El Aissami reunirse con los bonistas. Ambos funcionarios están sancionados por Estados Unidos.
“Ustedes dos convoquen a una ronda de renegociación de la deuda con todos los bonistas del mundo y establezcamos con todos un cronograma de soluciones inmediatas”, agregó el mandatario.
“Yo quiero reunirme con ellos aquí o en cualquier lugar del mundo que sea necesario ir, que no sea Estados Unidos, pues no quiero ir más a los Estados Unidos por los momentos”, dijo Maduro.
En noviembre de 2017, casi un centenar de inversores -o sus representantes- acudió a Caracas para un encuentro promovido por Maduro. Tras varias horas de reunión, los inversionistas salieron cargados de bolsas de finos chocolates y café, pero sin un panorama claro sobre cómo se renegociarían unos 60.000 millones de dólares de deuda externa.