Sudaneses desafían el toque de queda tras el golpe de Estado
Protestan en desacuerdo con los planes del ejército para gobernar la nación africana los dos próximos años
Con información de AP
EL CAIRO (AP) — Los manifestantes prodemocracia de Sudán que pasaron cuatro meses protestando en las calles contra el autocrático presidente del país, continuaban el viernes con su campaña para un gobierno civil, desafiando a los líderes militares que derrocaron a Omar al-Bashir en la víspera.
Miles de personas mantuvieron una sentada en el exterior del cuartel del ejército en Jartum durante la noche del jueves y la mañana del viernes pese al toque de queda impuesto por los militares luego del arresto de al-Bashir.
El paradero del que fuera presidente de Sudán durante 30 años seguía siendo un secreto y, aunque los líderes militares dijeron que estaba en un “lugar seguro”, se rumoreaba que había huido del país o había sido expulsado por el ejército y parte del aparato de seguridad que hasta el jueves eran uno de los pilares de su poder.
Los organizadores de la protesta dijeron que mantendrán su campaña y que no están de acuerdo con los planes del ejército para gobernar la nación africana los dos próximos años. No estuvo claro de inmediato si las tropas actuarán contra los manifestantes.
El ambiente entre la multitud congregada el viernes en Jartum parecía festivo, con los asistentes tocando música y coreando consignas relativas al ministro de Defensa, Awad Mohammed Ibn Ouf, quien anunció el derrocamiento de al-Bashir en la televisora estatal el jueves.
Ibn Ouf, que está en la lista de sanciones de Estados Unidos por genocidio en la región sudanesa de Darfur, asumió como jefe del nuevo consejo militar de transición que se hizo cargo del país.
Por el momento no se ha anunciado el nombre de los demás miembros del organismo, y la agencia oficial de noticias dijo que Ibn Ouf demoró el proceso a la espera de “más consultas”. Por su parte, la agencia noticiosa estatal SUNA reportó que el militar se reunirá con formaciones políticas y con los líderes de las protestas más tarde en el día, al parecer para negociar un acuerdo político.
Tras los dramáticos acontecimientos del jueves, cuando decenas de miles de personas salieron a las calles de Jartum para celebrar la marcha de al-Bashir, grupos de derechos humanos instaron a las nuevas autoridades militares a entregar al expresidente a la Corte Penal Internacional, donde enfrenta cargos por crímenes de guerra, crímenes contra la humanidad y genocidio por su letal campaña contra la insurgencia en Darfur.