Argentina desaprovechó todos los saques de esquina. El cronómetro se agotaba y los caminos se cerraban. Solo quedaba apostar a la época e inventarse una genialidad.

Con información de El Nacional

Con mucho sufrimiento, pero sin bajar los brazos hasta el pitazo final, Argentina se salvó de la eliminación y clasificó a los octavos de final de Rusia 2018, luego de imponerse 2-1 ante Nigeria en la última jornada del grupo D. 

Argentina presentó una cara completamente distinta a sus dos presentaciones anteriores, apeló por jugar rápido, presionar alto y controlar la posesión del balón; mientras que Nigeria prefirió defender de forma ordenada y apostar al contragolpe.

Tras un par de llegadas, Lionel Messi descargó su primer grito sagrado en Rusia. Luego de un pase preciso de Éver Banega, el capitán albiceleste controló el esférico con el muslo izquierdo y soltó un derechazo cruzado para inaugurar la pizarra a los 15 minutos.  

El equipo africano se notaba confundido. Con el correr de los minutos, Argentina se asentó dentro del terreno de juego; de hecho, estuvo cerca de ampliar la cuenta con un tiro libre de Messi, pero el balón chocó con el poste.

Más allá de la diferencia en el marcador y del desenlace del encuentro, la primera mitad se despidió con Nigeria en territorio argentino.

No obstante, el comienzo del segundo tiempo no fue el mejor para la Albiceleste. Javier Mascherano cometió penal sobre Leon Balogun y Víctor Moses vacunó desde los 11 pasos.

Con pases imprecisos y poca claridad, el golpe anímico que recibieron los dirigidos por Jorge Sampaoli era evidente. Enzo Pérez dejó su lugar por Cristian Pavón, con el fin de aportar dinámica y explosividad por los costados.

Argentina desaprovechó todos los saques de esquina. El cronómetro se agotaba y los caminos se cerraban. Solo quedaba apostar a la época e inventarse una genialidad. Y así fue: Marcos Rojo apareció dentro del área y agitó las redes con su pierna menos hábil al 86'.