Conindustria: La industria nacional está a punto del colapso
El presidente de Conindustria, Juan Pablo Olalquiaga indicó que no hay congruencia en las declaraciones del presidente Maduro en materia económica
Con información de 2001 / La Patilla
La fiesta del Día de la Industria Nacional que se acomoda este lunes 12 de marzo en el calendario, posiblemente pasará por debajo de la mesa. Y es que la más reciente fotografía de la infraestructura la muestra tan desmejorada que, haría falta un maestro del retoque, para borrar los efectos de la crisis que la embargan.
Le ha tocado a Juan Pablo Olalquiaga, presidente de Conindustria, ser una especie de fotógrafo oficial de esa modelo venida a menos que, espera lucir mejor para el próximo flash.
¿Qué dice la más reciente evaluación sobre el cierre de industrias? ¿Cuántas quedan, cuántas han cerrado?
Quedan unas 3800 industrias, 600 del estado, 3200 sector privado y de estas 2400 forman parte de Conindustria, estas están trabajando al 24% de su capacidad histórica de forma agregada. En la última encuesta que hicimos de persistir las condiciones actuales 44% respondió que no vería diciembre de 2018 (de las 2400). Muchas empresas cierran y como son nacionales van desapareciendo, no necesariamente que cierren aquí significan que abren en otro lado, algunas se mudan pero no son todas.
¿En qué sectores industriales se manifiesta más la crisis?
“Los sectores que están en peores condiciones son el de ensamblaje automotriz y fabricación de partes y piezas, metalmecánico, punta y papel, artes gráficos y sector de transformación de plásticos, son los sectores más destruidos”.
También advierte que hay sectores que ahora corresponden al ejecutivo nacional, sector siderúrgico, petroquímico, de energía eléctrica y fabricación de cemento, el gobierno se los apropio y están en muy malas condiciones.
Aumentos. Hay un nuevo elemento en el panorama, un aumento de sueldos y salarios. ¿Cómo impacta la medida el día a día de las industrias en Venezuela?
“Hay dos tipos de empresas, las que pueden pagarlo y las que no, 56% que dice que puede sostenerse ese año, esas empresas ante la fuga de talento lo que hacen es pagar más que el sueldo mínimo para retener su personal, a esas empresas no les impacta, hay otro tipo que no puede pagarlo y se les acelera su proceso de muerte con este ajuste de sueldo, salen de algunos trabajadores para compensar a los trabajadores que les deben ajustar, o aumentan los precios y sus ventas bajan, se acelera el proceso de muerte”.
La solución oficial debería venir por “acabar con la inflación con una medida que puede realizar el Banco Central pero mientras siga creando dinero inorgánico sigue la inflación”, añade-
Visión distorsionada. No hay congruencia en las declaraciones del presidente Maduro en materia económica, apunta Olalquiaga al recordar las tantas veces que ha dicho que va a implementar cambios positivos. No creo que ninguna cosa que diga el presidente de confianza a los industriales.
En este momento, comunicación específica, que nos hayamos reunido con el gobierno a exponer y ellos hayan escuchado nuestras propuestas de política pública, no hay. Para recuperar la economía se necesita un giro contrario a la sumisión, se necesita un giro de institucionalidad y respeto a las instituciones y acuerdos, darle independencia al Banco Central y poner no a una persona que supla las deficiencias de caja del gobierno sino la estabilidad de la moneda y control de la inflación.
Afectados tienen su hoja de ruta
Conindustria no se resiste a quedar como espectadora de una descomposición que afecta al país como a sus afiliados. Su presidente, Juan Pablo Olalquiaga asegura que la entidad que encabeza tiene una propuesta que se llama “Hacia una Venezuela industrializada”.
Esta especie de “hoja de ruta”, sostiene, fue elaborada con muchos expertos en las distintas áreas, externos a Conindustria y contratados para crear una propuesta de cambio.
Al dar a conocer la tesis, Olalquiaga inevitablemente subraya de nuevo que el sector que representa está en un proceso de destrucción muy avanzado, “que hay enormes cantidades de industrias que han cerrado, que han desaparecido, imposibles de recuperar, y hay otras en proceso de cerrar, que han venido empequeñeciéndose al punto en el cual indudablemente van a tener que cerrar”.
Servicios públicos. Advertía el ingeniero José de Viana en reciente entrevista a Globovisión que, un buen punto de partida de la hoja de ruta hacia la activación de la producción son las mejoras a los servicios públicos con inversiones apropiadas.
De Viana sustentó su apreciación en la observación del éxito de la economía chilena, en su regreso a la democracia entre 1989-2009.
Esa posibilidad de ofrecer el servicio de agua, la energía eléctrica, transporte público de calidad es fundamental para reactivar el aparato industrial y comenzar a generar de manera paulativa fuentes de empleo, sustentó De Viana.
También dijo DeViana que esos movimientos generan la percepción de que se va por el camino correcto, que el aparato económico está creciendo y paralelamente se atrae la inversión extranjera y genera más puestos de trabajo.
Hidrocarburos
La industria petrolera confronta el momento más comprometedor de su historia.
Los pronósticos de la Agencia Internacional de la Energía (AIE). Estiman que la producción de crudo del país, va a continuar en declive hasta 2023.
Solamente en el año 2017 (Diciembre 2017-Diciembre 2016) la producción disminuyó en casi en casi 30%.
En enero se produjeron 47.300 barriles diarios una caída de 1,6 millones de barriles diarios.
La industria petrolera que por años encabezó la lista de las empresas más productivas de su género, hoy sufre de una pérdida significativa de su personal operativo, según la denuncia de Iván Freites, presidente del Sindicato de Trabajadores del ramo.
“Las causas principales de la renuncia masiva de los trabajadores petroleros es la politización en que convirtieron a Pdvsa, los bajos salarios, eliminaron los protocolos de seguridad que se regían en la empresa”, según apunta Freites vía Twitter.