Muere el expresidente colombiano Belisario Betancur
Al expresidente le tocó gobernar en un espacio de tiempo considerado entre los más oscuros y violentos de la historia de Colombia
Con información de AP
CARACAS (AP) — El expresidente colombiano Belisario Betancur, cuyos valientes esfuerzos por alcanzar un acuerdo de paz con los rebeldes izquierdistas en la década de 1980 se descarrilaron por una sangrienta ola de violencia en las fuerzas de seguridad, murió el viernes en una clínica de Bogotá. Tenía 95 años.
La muerte del político fue confirmada por el mandatario Iván Duque, quien indicó en su cuenta de Twitter que el legado de Betancur en la política, en la historia y en la cultura es un “ejemplo para todas las generaciones futuras”.
El jueves por la tarde, la vicepresidenta colombiana Marta Lucía Ramírez difundió información equivocada a través de la misma red social y escribió que Betancur había muerto, lo que poco después fue desmentido por ella misma y otros medios pero aun así generó gran confusión.
La clínica privada Fundación Santa Fe de Bogotá dijo en un comunicado que Betancur, quien gobernó Colombia entre 1982-1986, murió la tarde del viernes sin ofrecer mayores detalles.
El exmandatario, que sufrió en los últimos meses una afección renal, se encontraba hospitalizado, según reportes de prensa.
Varios políticos y otras figuras de la vida colombiana expresaron a través de las redes sociales sus condolencias y dedicaron palabras de elogio y reconocimiento a quien fuera el artífice del proceso de paz con algunos grupos rebeldes.
“Todo honor y toda gloria al Presidente Belisario Betancur. Gran patriota, gran amigo y gran ejemplo de entereza, honestidad y humildad”, dijo en su cuenta de Twitter el exmandatario Juan Manuel Santos al lamentar el fallecimiento del político.
Asimismo, el excandidato presidencial y exalcalde Gustavo Petro indicó en su cuenta de la red social que “ahora si murió Belisario”. Petro recordó que cuando era miembro de la guerrilla del M19 estuvo presente en la toma de posesión de Betancur y que cuando terminó su mandato “estaba preso y me habían torturado, La Paz no había sido sino un dibujo en la pared”.
Betancur fue el primer colombiano de origen humilde en llegar a la presidencia de Colombia en 1982, un cargo ostentado exclusivamente hasta entonces por miembros de las élites colombianas.
El político, que era hijo de campesinos que vivían en pobreza extrema en el estado occidental de Antioquia, ascendió a la cima del poder casi cuatro décadas después de comenzar su carrera política en 1945, como militante del Partido Conservador. Con la ayuda de becas se graduó de abogado y economista, además se desempeñó como escritor, periodista y poeta.
Al expresidente le tocó gobernar en un espacio de tiempo considerado entre los más oscuros y violentos de la historia de Colombia.
Su llegada a la presidencia provocó una oleada de entusiasmo tras prometer que durante su mandato de cuatro años buscaría la paz con la guerrilla con el fin de librar a los colombianos de un conflicto armado que hasta la actualidad ha dejado más 250.000 muertos y millones de desplazados durante más de 50 años.
Su intento de hacer las paces con la guerrilla no se demoró. A apenas tomó posesión el 7 de agosto de 1982 llevó adelante esa iniciativa, desafiando incluso a los miembros de su propio partido.
El proceso de paz fue vigoroso y no tardó en rendir frutos. Al menos por un instante parecía que la paz finalmente llegaría a Colombia cuando logró en 1983 un acuerdo con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), la mayor y más antigua guerrilla del país.
El acuerdo de paz, empero, se truncó rápidamente luego de que los miembros de la Unión Patriótica --un incipiente partido encabezado por las FARC-- acabaran siendo víctimas de actos de exterminio en los cuales fallecieron unos 4.000 de sus integrantes. Las muertes de activistas de izquierda, incluidos alcaldes y congresistas, durante esa ola de terror fueron atribuidas a militares y paramilitares de extrema derecha.
El Movimiento 19 de Abril (M-19), una guerrilla izquierdista de inspiración cubana y fundada por estudiantes universitarios, acusó a Betancur de “traición” por el fracaso del acuerdo de paz y el 6 de noviembre de 1985 asaltaron el Palacio de Justicia para exigir que se celebrase un juicio revolucionario en contra del mandatario en el cual magistrados del máximo tribunal actuarían como jueces.
Betancur dejó en manos de los militares retomar el control del Palacio en una fiera batalla con unos 50 guerrilleros.
El palacio fue incendiado y quedó en ruinas con un saldo de más de 100 muertos, incluidos los rebeldes, y 11 de los 24 magistrados de La Corte Suprema. Otras 11 personas, muchos de ellos trabajadores de la cafetería, desaparecieron. Años más tarde las autoridades descubrirían que algunos de los rebeldes y presuntos simpatizantes civiles fueron sacados vivos del edificio y posteriormente asesinados porque fueron testigos de tácticas de mano dura por parte de los militares cuando retomaron el edificio.
Las acciones de Betancur durante el asedio fueron cuestionadas, incluida su negativa a recibir una llamada telefónica del presidente de la Corte pidiendo negociaciones, así como por una orden del gobierno que obligó a las redes de televisión a interrumpir la cobertura del enfrentamiento y emitir un partido de fútbol.
La tragedia siguió marcando el mandato de Betancur.
Apenas una semana después de los trágicos sucesos en el Palacio de Justicia, el 13 de noviembre de 1985, el volcán Nevado del Ruiz hizo erupción y desencadenó un alud de piedras y lodo sobre la ciudad de Armero, donde murieron sepultadas unas 25.000 personas.
Abatido por el rotundo fracaso de su iniciativa de paz y el sufrimiento generado por la erupción del Nevado del Ruiz, la mayor tragedia natural de la historia de Colombia, enfrentó que algunos pensaran que lo sucedido pudo atenuarse con una oportuna evacuación de la ciudad,
Betancur finalizó su gobierno el 7 de agosto de 1986 y su legado quedó empañado para siempre.
Durante años sostuvo que había perdido el control del asedio del palacio. El expresidente fue absuelto de irregularidades por una investigación del Congreso en ese momento.
El exgobernante se mantuvo al margen de la política, algo inusual entre los exmandatario colombianos, pero rompió su silencio en 2015, mostrando remordimiento por su acción cuando el entonces presidente Juan Manuel Santos estaba negociando con las FARC otro acuerdo de paz.
“Si errores cometí, pido perdón”, dijo.
Tras el fin de su gobierno, Betancur se dedicó a las labores culturales, las cuales le valieron numerosos reconocimientos, entre las que se incluyen doctorados Honoris Causa en Humanidades de las universidades estadounidenses de Colorado y Georgetown.
El exmandatario donó su biblioteca de 22.000 ejemplares a la Universidad Pontificia Bolivariana de Medellín en donde se graduó de abogado y economista.
Su primera esposa, Rosa Helena Álvarez, con la que contrajo matrimonio en 1945, falleció en 1998. En el 2000 contrajo nupcias con Dalita Navarro, una escultora nacida en la ciudad venezolana de Maracaibo y exesposa de Teodoro Petkoff, un exlíder guerrillero comunista y venezolano de los años 60 que renunció a las armas y desde las páginas de los periódicos combatió las ideas de izquierda radical que a finales de 1960 rechazó. De la unión con Álvarez tuvo tres hijos: Beatriz, Diego y María Clara.