Confirman el fallecimiento de Ali Rodríguez Araque
Murió en La Habana en donde se desempeñaba desde 2014 como embajador
Con información de AP
CARACAS (AP) — El excanciller venezolano y exsecretario general de la OPEP Alí Rodríguez Araque, considerado uno de los artífices de la agresiva diplomacia chavista, falleció el lunes. Tenía 81 años.
Rodríguez murió en La Habana en donde se desempeñaba desde 2014 como embajador, reportó la cadena regional Telesur sin dar detalles.
“Con mucha tristeza recibo la noticia del fallecimiento de Alí Rodríguez Araque, un luchador incansable, de esos que son imprescindibles en la Revolución”, tuiteó poco después el presidente venezolano Nicolás Maduro, haciendo referencia al proyecto del ahora fallecido presidente Hugo Chávez de convertir a Venezuela en un Estado Socialista.
El diplomático, que fungió también como ministro de Energía y Minas entre 1999 y 2000, fue secretario general de la Unasur (2012-2014).
Rodríguez, nació en 1937 en Lara. Durante la década de los años 60 y comienzo de los años 70, integró un grupo guerrillero venezolano que, inspirado como muchas otras facciones comunistas en la revolución de Fidel Castro en Cuba, intentaba derrocar a los gobiernos democráticos que sucedieron la dictadura militar del general Marcos Pérez Jiménez (1952-1958).
La lucha armada comenzó luego que los comunistas, que batallaron contra el dictador, fueron excluidos del gobierno por temor del entonces presidente Rómulo Betancourt de despertar dudas en Washington sobre su gestión si compartía el poder con los comunistas.
Los guerrilleros recibieron un amplio respaldo de Castro, que vio la oportunidad de sumar a su causa a uno de los países con las mayores reservas de petróleo del mundo y principal abastecedor entonces de crudo de los Estados Unidos.
Betancourt en parte excluyó a los comunistas de su gobierno por temor a acabar con la misma suerte de su excompañero de partido, el expresidente socialdemócrata y escritor Rómulo Gallegos que fue derrocado en 1945 por Pérez Jiménez, que contó entonces con el apoyo de los Estados Unidos.
El fervor revolucionario de la guerrilla nunca captó a las masas y para finales de los años principios de la década de 1970 la mayoría de los grupos rebeldes se rindieron.
El presidente socialcristiano Rafael Caldera, que entonces comenzaba su primer gobierno (1969-1974), facilitó la pacificación, ofreciendo una amnistía.
Rodríguez Araque, un experto en explosivos conocido como el ‘Comandante Fausto’, sin embargo, recién fue en 1980 cuando se integró a la vida civil, luego que el mandatario el también socialcristiano, Luis Herrera Campins, por decreto presidencial dio por sobreseída la causa en su contra por delitos que incluía secuestros, ataques con bombas y asaltos a bancos.
Posteriormente el exlíder guerrillero y ex dirigente del Partido Comunista desarrolló una larga carrera legislativa en la orilla del frente de las luchas fratricidas por el poder que frecuentemente libraban los dos partidos tradicionales que gobernaron por cuatro décadas a Venezuela.
Entre 1983 y 1999 integró el partido obrerista Causa R, del cual se separó luego de una división que dio origen al Partido Patria Para Todos, que en la actualidad conforma la alianza de partidos izquierdistas impulsada por Chávez.
Rodríguez se hizo de una reputación en el congreso venezolano como negociador, aunque siempre fue un acérrimo opositor de la apertura a la inversión privada en el sector petrolero durante la década de 1990.
Rodríguez, abogado con estudios de postgrado en economía y petróleo, fue designado ministro de Energía y Minas al comienzo del mandato de Chávez en 1999. Un año después dejó el cargo para ocupar la secretaría general de la Organización de Países Exportadores de Petróleo.
En 2002 fue designado presidente de PDVSA, donde falló en resolver el conflicto interno que desembocó en una huelga que afectó más del 70% de las actividades de la petrolera. Durante su gestión, y a fin de romper el paro, fueron despedidos 18.000 empleados, equivalente al 45% de la nómina de la corporación.
No fue hasta marzo que el gobierno logró restablecer las actividades del quinto mayor productor de petróleo del mundo y elevar la generación a más de 3 millones de barriles diarios. Hubo pérdidas por 6.000 millones de dólares.
Rodríguez fungió como presidente de la PDVSA hasta noviembre de 2004, cuando Chávez lo designó canciller (2004-2006). Desde entonces defendió la política exterior antiestadounidense del gobierno de Chávez, quien tampoco dudo en abrir crisis diplomáticas con los gobiernos de México, Colombia y Perú llevando las relaciones con esos países a sus puntos más bajos.
Para molestia de Washington, Venezuela _ con Rodríguez en la cancillería _ profundizó sus relaciones con Cuba y Bolivia y capitalizó la oleada izquierdista que marcó a América Latina.
Luego de varios años lejos del gabinete ministerial y tras desempeñarse en la primera de dos ocasiones como embajador de Venezuela en La Habana, regresó en 2008 al palacio de Miraflores para ocupar el cargo de ministro de Economía y Finanzas hasta 2010.