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Contaminación por plástico aumenta peligrosamente

Aproximadamente el 60 por ciento de todos los plásticos producidos terminaron en un vertedero o fueron botados en el medioambiente

Con información de Bloomberg

Londres, Reino Unido.- El naturalista y locutor de televisión Sir David Attenborough hizo llorar el mes pasado a sus televidentes con una exposición sobre cómo el plástico está contaminando los océanos y dañando a los animales marinos y los peces. La semana pasada, la primera ministra británica, Theresa May, anunció una serie de nuevas medidas para desalentar el uso del material, incluidos pasillos de supermercados sin productos de plástico y un mayor impuesto a las bolsas plásticas. Este año entró en vigor una prohibición a las microesferas en los cosméticos. Para no ser menos, la Unión Europea está evaluando impuestos al plástico para reducir la contaminación y los residuos de envases. ¿Es esta industria el nuevo tabaco?

No es de extrañar que los políticos se sientan obligados a actuar. Aproximadamente el 60 por ciento de todos los plásticos producidos terminaron ya sea en un vertedero o bien fueron botados en el medioambiente natural. A las actuales tasas, para 2050 habrá más plástico que peces en el océano en términos de peso, gran parte de ello en forma de partículas pequeñas, consumibles por la vida silvestre y muy difíciles de eliminar.

La conciencia pública ha aumentado en los últimos años, sin embargo, eso no ha llevado a una disminución del consumo. Más de la mitad de la producción total de plástico ha ocurrido desde el cambio de milenio. Productores como DowDuPont Inc, Exxon Mobil Corp, LyondellBasell Industries NV e Ineos Group Ltd, así como fabricantes de envases como Amcor Ltd, Berry Global Group Inc y RPC Group Plc han satisfecho gustosos esa demanda, y no planean que termine súbitamente.

Los envases de plástico son un negocio de casi US$290.000 millones al año y se proyecta que las ventas crecerán casi un 4 por ciento anual hasta el 2022, según la firma de investigación Smithers Pira. La demanda de polietileno, el plástico más utilizado, aumentará a un ritmo similar, lo que significa que el consumo total aumentará a 118 millones de toneladas métricas en 2022, según IHS Markit. En Estados Unidos, el auge del shale ha alentado la construcción de nuevas plantas de etileno. Las compañías petroleras también cuentan con que el aumento del consumo de plásticos compense la expansión de los vehículos eléctricos, como explicó mi colega Julian Lee.

Las razones del optimismo son obvias. El crecimiento de la población, el aumento de los estándares de vida y la marcha del comercio electrónico significan una mayor demanda. En los países desarrollados, el uso de polietileno per cápita es de hasta 40 kilogramos por persona, mientras que en países más pobres, como India, la cifra es solo una décima parte de eso, según IHS Markit. Los plásticos están desplazando materiales como el vidrio y el papel porque tienden a ser baratos, livianos y resistentes. Que los plásticos no se descompongan fácilmente es una ventaja, ya que evita que los alimentos se echen a perder, pero también una desventaja para el medio ambiente.

Reducir el consumo será difícil. Si bien los bioplásticos son una alternativa, representan solo alrededor del 1 por ciento de la demanda mundial de plásticos. Los problemas de calidad y costos han impedido una adopción más amplia. "Muchos de estos materiales no son realmente competitivos en un mundo de precios del petróleo bajos a medios", dice Sebastian Bray, analista de Berenberg.

Los impuestos a las bolsas plásticas han demostrado ser efectivos. Gran Bretaña afirma que su cobro de 5 centavos significa que se han usado 9 mil millones de bolsas de plástico menos, pero las bolsas representan solo un par de puntos porcentuales del consumo mundial de polietileno, según el analista de Bernstein Jonas Oxgaard. Un impuesto sobre los envases de plástico probablemente no lograría mucho, dice, ya que el plástico es una parte muy pequeña del costo total de la mayoría de los productos. La tecnología de reciclaje está mejorando, pero no siempre es económica debido al bajo valor de los desechos plásticos que se recolectan o la complejidad de los empaques con mezcla de materiales.

Eso no quiere decir que los grandes cambios no sean posibles, o necesarios. El año pasado, China anunció que detendría las importaciones de desechos plásticos luego de que su industria de reciclaje causara demasiada contaminación local. Desafortunadamente, uno de los resultados será una mayor demanda de nuevas resinas plásticas (para reemplazar lo que no se puede volver a utilizar), una victoria para los productores de plástico. Aún así, el bloqueo de China podría incitar a los países desarrollados a manejar mejor sus propios residuos. Europa ha exportado la mitad de los desechos plásticos que recolecta, gran parte a China, posiblemente con garantías insuficientes de que se manejaría adecuadamente.

Se cree que China es la principal fuente de contaminación plástica que ingresa a los océanos del mundo. Cerca de dos tercios del total probablemente provengan de solo 10 países de mercados emergentes. Presionar a estos países para que mejoren la recolección de desechos sería, sin duda, más eficaz para ayudar a los océanos que los pasillos sin plástico de los supermercados del Reino Unido. Sin embargo, eso no desanima a la industria de los plásticos. Pese a las vertiginosas proyecciones, la marea política se mueve en su contra.