El Mercurio Web | Noticias, Información y Análisis

View Original

Panaderías entre la espada y la pared

Ante amenaza del presidente Nicolás Maduro de entregar a los comité locales de abastecimiento y producción (Clap) las panaderías que no produzcan pan, comerciantes se defienden señalando que no cuentan con suficiente materia prima

Niurka Franco

Diversas reacciones generó entre comerciantes y consumidores la amenaza del presidente Nicolás Maduro lanzada el pasado domingo al referir que entregaría a los Clap aquellas panaderías que no produzcan pan.

“Sería peor el remedio que la enfermedad”, señala Ana Mejías, quien afirma que en el sector donde vive (zona rural del municipio Bolívar), ha visto los Clap solo una vez. “Si le entregan las panaderías a lo mejor no volveremos a ver el pan”, indicó la mujer de 54 años, tras referir que cada día es más difícil conseguir un alimento.

Aunque la mayoría de las panaderías han tenido que ajustar la producción de pan debido a la escasez de harina, Marcos Zambrano, un consumidor barcelonés afirma que coincidecialmente el pan que nunca se consigue es el canilla, siendo este el que más busca la población.

“Entendemos que por ser el trigo un producto importado y que en el país no hayan dólares para comprarlo, pueda escasear la harina pero también genera molestia ver como las panaderías elaboran dulces, pan de sándwich y otras preparaciones, entonces hay harina para algunas cosas y para otras no”.

Bachar Kobrosly, vicepresidente de la Cámara de Comercio del municipio capitalino, dijo respecto al anuncio del jefe de Estado que entregar a los Clap la administración de las panaderías sería lo peor que podría ocurrir, porque estos comité han demostrado ser muy ineficientes y muy malos administradores de los recursos, lo cual se evidencia en el aumento del hambre en los sectores populares, donde prometieron llevar la bolsa con productos alimenticios.

“Aparte de eso, ya hemos tenido experiencias muy negativas con las expropiaciones y la gestión pública en funciones propias del sector privado. Una evidencia es lo ocurrido con el hipermercado Éxito, convertido en abasto Bicentenario, hoy prácticamente quebrado y por el mismo camino va el Central Madeirense”.

El dirigente gremial afirma que al problema de escasez de harina que sufren las panaderías, se suma el tener que asumir los costos que implica la nómina, cada vez más abultada por los aumentos permanentes de salario mínimo.

Advierte que solo un empleado implica una erogación de 148 mil bolívares mensuales, lo cual aunado al pago de servicios como electricidad, aseo y otros, supera los 200 mil bolívares por mes, costo que a su juicio muy pocos establecimientos están en capacidad de asumir si además del pan no logran comercializar otros productos que tengan valor agregado.