Trabajadores dispondrán de más dinero para comprar menos productos
Gilberto Navarro, economista y profesor universitario, afirma que el gobierno se ufana de ser el que más aumentos de salario mínimo ha hecho pero lejos de beneficiar a los trabajadores, los perjudica
Niurka Franco
El mejor apoyo que podría dar el gobierno al sector laboral más que un incremento de sueldo, debería ser el control de la inflación, por ser el enemigo que devora el presupuesto de las familias venezolanas, hoy empobrecidas por el alto costo de la vida.
Así se desprende de lo dicho por el analista económico Gilberto Navarro, quien refiere que el ajuste salarial anunciado por el presidente de la República, traerá más problemas que beneficios porque el venezolano dispondrá de más dinero para pagar menos productos, es decir, que el aumento se da solo en términos nominales y no reales.
El especialista señala que hoy un billete de 100 no tiene el poder de compra que tuvo en el pasado reciente y apunta que los ajustes salariales han estado por debajo de la inflación.
Estima que hasta tanto ésa aberración no se corrija, los ajustes salariales por decreto siempre tendrán un efecto inflacionario.
Por ello cree necesario corregir esta anomalía y para hacerlo se requeriría según advierte, la adopción de medidas inmediatas, como por ejemplo incentivar la producción nacional actualmente paralizada, luego que el Estado asumiera la casi totalidad de las empresas del país.
Es claro al señalar que un incremento de 69,49% en la unidad tributaria, eleva el bono de alimentación de 63 mil 720 a 108 mil bolívares, pero subraya que ello en absoluto mejora la capacidad de compra de la población, la cual se ha perdido de forma súbita.
“En términos netos, este ajuste que lleva el salario integral a 148 mil bolívares, es apenas un tercio de lo que cuesta la canasta alimentaria y 35% del costo de la cesta básica”, aseveró para concluir, que éste gobierno ha sido lo peor que le ha pasado al país, porque ha colapsado el sistema de producción nacional con la aplicación de políticas nefastas y expropiaciones que dejaron en manos del Estado más de 500 empresas y muy pocas están operativas.