La asfixia financiera gubernamental contra las universidades ha abierto las puertas a la desidia 

Nohemí Rondón

El directivo de la Asociación de Profesores de la Universidad de Oriente (Apudo), núcleo Anzoátegui, Tirso González, afirmó que la casa de estudio paga las consecuencias de la crisis política, social y financiera que vive Venezuela, aunado a un problema de gerencia académica.

“La gerencia universitaria ya está desgastada no tiene capacidad de dar respuestas ante las fallas y dificultades por las que atraviesa la UDO. Es momento de abrir las puertas y dar paso a una nueva generación”, alegó González.

 Aseveró que es necesario la presión hacia el Gobierno nacional para que acceda al proceso electoral de renovación de las  autoridades universitarias las cuales tienen 12 años vencidas. “La clave en Venezuela y en un país democrático son las elecciones. Si se presiona al Ejecutivo nacional de manera cívica y pacífica este se doblegará al igual que Tribunal Supremo de Justicia y se ejercerá el voto”, destacó.

El académico precisó que mientras se mantenga una sumisión u omisión la universidad seguirá deteriorada contrayendo un efecto negativo en la educación superior.

González afirmó que en una especie de “magia” dictaron contenido para culminar el primer semestre de 2017. “A pesar de los esfuerzos hubo estudiantes que retiraron cargas académicas, unos desertaron y otros en cambio no hicieron nada por el corto tiempo”. Según el profesor, esto ocurrió este año luego de una serie de protestas antigubernamentales y un semestre apresurado.

El directivo de Apudo recordó que las condiciones de infraestructura, aulas, ambiente de trabajo e inseguridad han socavado la educación y ha abierto las puertas a la deserción estudiantil.

Detalló que el 75% del campus se encuentra sin alumbrado público lo que ocasiona que los  bachilleres reciban contenido a las afueras de las escuelas. “La solución no es bajar la carga horaria o mudarnos todos a la Escuela de Medicina o al Decanato, no. La solución viene con la optimización del 100% de la infraestructura”, agregó el profesor.

El también delegado de la Escuela de Ciencias Administrativas (ECA), dijo que tienen planes para mejorar la seguridad, sin embargo, las mesas de trabajo con generales y coroneles no han servido de nada, pues no tienen el compromiso y la disposición de ayudar a la universidad.

El 97% de las aulas de clase de la UDO- según explicó González no cuentan con aire acondicionado, por lo que es imposible garantizar en la academia una educación de calidad. “No hay filtros de agua, los baños están en pésimas condiciones, la insalubridad nos consume y existe una asfixia descarada del Gobierno nacional que pretende convertir las universidades en mendigos y acostumbrarnos a las dádivas. Contra esto hay que luchar hasta lograr el cambio”, apuntó.