Ciudadanos hacen “mercado” en la basura para no morir de hambre
El secretario del Colegio de Médicos en Anzoátegui, Humberto Omaña, destacó que el ingerir desperdicios puede causar amibiasis y malestar estomacal
Nohemí Rondón
La crisis económica por la que atraviesa el país, ha obligado a algunas personas y hasta familias a buscar entre la basura restos de alimentos para poder comer.
Rubén Rodríguez, padre de tres menores de edad, expresó que hace “mercado” entre las bolsas de desperdicios que dejan los vecinos a unas siete cuadras de su vivienda de zinc, en el sector Sierra Maestra, en Puerto La Cruz.
Contó que pese a vender bolsas en el mercado municipal de Sotillo, los ingresos que percibe son insuficientes para sostener a su esposa e hijos.
“Al principio me daba mucha pena hacer esto. Nosotros los venezolanos somos muy orgullosos, pero el país es otro y la situación empora todos los días. No dejo que mis muchachos me acompañan, prefiero ser yo el humillado mientras ellos aprenden en la escuela, para donde los envío con mucho esfuerzo porque no quiero que sean unos brutos”, reseño Rodríguez.
El hombre destacó que en ocasiones puede encontrar restos de comida que aún puede salvarse, y también algunos objetos que luego de arreglar los vende para sacar algo de dinero.
Como Rodríguez se encuentran otras personas quienes han tenido que hacer algo similar para no morir de hambre.
“Yo salgo todos los días bien temprano, donde veo un montoncito de basura me quedo y comienzo a clasificarla de manera que yo pueda reciclar el plástico, el cartón y las latas para luego venderlas. También encuentro alimentos- que pese a estar entre bolsas sucias puedo recuperar y comer algo”, manifestó Gabriel Marcano quien desde los 14 años salió de su casa a buscar el pan.
El secretario del Colegio de Médicos del estado Anzoátegui, Humberto Omaña, explicó que los niveles de desnutrición en la entidad van en ascenso, esto pese a que hasta ahora la dirección de salud omita los números reales del problema.
Destacó que los ciudadanos no solo se enfrentan a tener que buscar comida dentro de los desechos sólidos, sino también que se arriesgan a contraer enfermedades como amibiasis, infecciones estomacales, salmonella, fiebre alta, vómitos, náuseas y dolores abdominales.
Omaña agregó que la dura realidad de la crisis social se refleja sobre todo cuando una mujer está embarazada. “Las enfermedades vienen por partida doble cuando se come de la basura. “La desnutrición materna tiene un impacto importante en el crecimiento fetal, con enfermedades crónicas que pueden desarrollarse en él a futuro”, alertó el galeno quien precisó que estos casos desnutrición materna se ven a diario en el hospital Luis Razetti de Barcelona.