“Aumento salarial” es solo una ilusión monetaria
Gilberto Román, economista y candidato a la gobernación de Anzoátegui por UNT estima que si realmente se quiere beneficiar a los trabajadores, el salario mínimo debe equipararse al costo de la cesta básica que hoy remonta los 370 mil bolívares
Niurka Franco
La medida que llevade 15 mil 051 bolívares a 22 mil 576 , 60 el salario mínimo y de 18 mil 585 a 42 mil 480 el bono de alimentación, para sumar un “aumento” de 65.056,60 bolívares mensuales, constituye más que una bondad una tragedia y lejos de ser un ajuste real es una ilusión monetaria.
Así se desprende de lo dicho por el economista y candidato a la gobernación de Anzoátegui por el partido Un Nuevo Tiempo(UNT) Gilberto Román, cuyo criterio coincide con el de otros especialistas del área económica al cuestionar al Gobierno que pretende exhibir como un record exitoso los “aumentos” salariales decretados este año, los cuales son evidencia de su demérito.
Refiere que en contraposición a países como Panamá por ejemplo, donde el salario mínimo se ubica en 522 dólares mensuales, en Venezuela, cuyos precios en materia de productos, bienes y servicios están dolarizados, el salario llegará a 65.056,6 bolívares.
Indica que para que realmente este ajuste pudiera ser percibido como aumento, tendría que ubicarse en el orden de 370 mil bolívares, con lo cual se equipararía al costo de la cesta básica. A juicio de Román, hay una gran diferencia entre el salario real y el nominal.
Explica que lo que se elevó fue el bono de alimentación, el cual pasó de 3.5 a 8 unidades tributarias, “pero se trata de una provisión que se le da al trabajador en compensación a su comida diaria y no tiene incidencia salarial ni en prestaciones sociales, lo que está generando el Gobierno con ello, es un espejismo, una ilusión monetaria”, afirma.
Golpe al sector productivo e inflación
En una estructura como la existente en el país, una medida como la anunciada según el especialista y profesor de la Universidad de Oriente, viene a maltratar aun más a los sectores productivos que hacen esfuerzos por mantenerse de pie en el país azotados por controles, falta de divisas y criminalización, como ocurre con el área comercial.
Adelanta que “el aumento” pronto se convertirá en un generador de mayor inflación, mientras el país enfrenta un decrecimiento económico que va de -8 a -10% del Producto Interno Bruto (PIB) y un índice inflacionario que en el mejor de los casos cerrará este año en 800% , porque como ya es costumbre, el Banco Central de Venezuela una vez más pondrá en marcha la máquina para producir dinero inorgánico sin respaldo alguno, con el resultado ya conocido.