Son "nueva forma de organización" promovidas por le gobierno para distribuir alimentos directamente. La oposición denuncia que es una medida que agrava los problemas de escasez

Redacción 

Los CLAP, creados por el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, son organizaciones populares encargadas de distribuir alimentos a las familias que se han registrado en este sistema.

Las familias registradas en ese sistema recibirán, según la comunidad en la que vivan, una bolsa que contiene varios productos básicos como harina de maíz, pasta, arroz y aceite.

La oposición venezolana ha denunciado que la implementación de estos comités es una medida que agrava los problemas de escasez, ya que desvían los productos que deberían ir a las despensas de los comercios regulares.

Consecomercio rechaza la medida por considerar que está centralizando la distribución de alimentos, aseguran que la medida responde a fines políticos y no sociales y añaden que la canalización empeorará la situación de escasez y afianzará la corrupción. Los CLAP profundizarán el mercado negro y el bachaqueo de productos.

Para Lisbeth Cordero, coordinadora de Izquierda Democrática en Caracas, explicó que estos Consejos Locales de Abastecimiento popular (CLAP), se asemejan a la libreta de racionamiento cubana, a través de la cual los habitantes de la isla reciben al mes pequeñas cantidades de alimentos. Asegura que este mecanismo de abastecimiento comunal será un fracaso anunciado, ya que la experiencia de distribución en los mismos son sinónimo de grandes ineficiencias : “La gente que está trabajando queda fuera del censo o de la venta ; los días de distribución se dilatan de 7 días a 15 días o más de un mes.

Pedro Galvis dirigente del Partido Un Nuevo Tiempo en Anzoátegui asegura que los CLAP son un instrumento que persigue mayor nivel de control político y no una medida para asegurar el abastecimiento de productos a los venezolanos, que busca doblegar por el hambre a los venezolanos. Afirma que el gobierno ha confesado que son una nueva forma de organización de sus militantes, a quienes por esta vía empoderan para mantener su fidelidad, pero terminan envilecidos por la propia necesidad, es como poner zamuros cuidando carne, enfatizó.