Polar recibe préstamo de BBVA para reactivar operaciones
La compañía consiguió un financiamiento por 35 millones de dólares a cancelar en seis meses, con garantía de sus activos en Curazao
Con información de Reuters
Polar, la mayor cervecería de Venezuela, obtuvo un préstamo del banco español BBVA para financiar la compra de materia prima importada y reactivar su producción detenida durante poco más de un mes.
La compañía, que surte hasta el 80 por ciento de la cerveza de Venezuela, paralizó sus plantas en abril debido a que el Gobierno socialista no vendió divisas para importar la cebada malteada, que no se produce en Venezuela.
"Hemos encontrado una solución temporal que nos permitirá producir hasta finales de 2016", informó en un comunicado el conglomerado Empresas Polar, la mayor firma privada de Venezuela, constituida por Cervecería Polar, Alimentos Polar y Pepsi Venezuela.
La compañía consiguió un financiamiento por 35 millones de dólares a cancelar en seis meses, utilizando como garantía su participación accionaria en una firma domiciliada en la isla caribeña de Curazao.
Polar, que usará los recursos para importar cebada malteada, lúpulo y láminas de acero, dijo que espera tener acceso a divisas en el sistema cambiario oficial para cancelar el crédito que firmó.
A raíz del desplome de los precios del crudo, el Gobierno del país miembro de la OPEP resolvió recortar severamente la entrega de divisas al sector privado para financiar sus importaciones de materia prima, bajo un estricto control cambiario vigente desde el 2003.
La restricción de importaciones privadas ha obligado a las industrias que operan en Venezuela a detener alguna de sus líneas de producción este año, según informan asociaciones gremiales; al tiempo que se agudiza la escasez de todo tipo de bienes, incluso de alimentos y medicinas.
Empresas Polar es reconocida en Venezuela por la fabricación de cerveza y por elaborar la harina para cocinar las populares arepas, uno de los alimentos típicos del país caribeño.
Cuando el conglomerado advirtió de la inminente paralización, el Gobierno de Nicolás Maduro, que atribuye la crisis a una "guerra económica" que libran empresarios y opositores, calificó la decisión de la firma como un "delito" y amenazó con tomar sus plantas.