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Arabia Saudíta privatizará parte de Aramco para depender menos del petróleo

Con esta transición energética los ingresos no petrolíferos alcanzarán entre 600.000 millones y un billón de dólares en 2030

Con información de Euronews

Arabia Saudí afronta una ambiciosa transición energética que debe llevar al país a depender menos del petróleo, aunque no está claro que el mayor exportador de crudo del mundo logre su objetivo. El lunes, el príncipe heredero Mohamed Bin Salman presentó un plan de aquí a 2030 que incluye de forma inmediata la salida a bolsa de un cinco por ciento de la empresa pública Aramco y la creación consiguiente de un fondo soberano de más de dos billones de dólares. De largo, el mayor del planeta.

Bin Salma, de treinta años, es el encargado de esta transformación en una monarquía donde el Estado-providencia monopolizado por su familia ya no es sostenible ante el desplome de los precios petrolíferos.

“Esperamos que esta salida a bolsa de Aramco supere los dos billones de dólares”, declaró el príncipe heredero. “Habrá otros activos por valor de 300.000 millones que se añadirán a un fondo que ya cuenta con 200.000. Por tanto, el tamaño de este fondo público estará ente los dos y los tres billones”.

De hecho, las cuentas saudíes han empeorado ostensiblemente en el último año y medio coincidiendo con la caída del crudo. La balanza por cuenta corriente sobrepasará este año el diez por ciento negativo y seguirá sin sanearse completamente el que viene, según cifras del Fondo Monetario Internacional (FMI). El déficit público, por su parte, aumentó en 2015 hasta el quince por ciento, según cifras del propio Gobierno.

“Hablamos de que los ingresos no petrolíferos alcanzarán entre 600.000 millones y un billón de dólares en 2030”, aseguró Bin Salman. “Parte de estos ingresos, provendrán de inversiones, de su diversificación, aprovechando nuevas oportunidades. Es decir, explotando activos que ahora no se utilizan en un objetivo al que se llegará en los primeros cinco años”.

Si una monarquía tan hermética como la de Arabia Saudí se fuerza a un cambio en su naturaleza es porque su crecimiento se secará en 2016. El FMI solo prevé un 1,2 por ciento de avance este año y un tímido incremento hasta el 1,9 en 2017.

El petróleo representa ahora un setenta por ciento de los ingresos del país. El príncipe heredero quiere que esta proporción ya descienda del cincuenta por ciento en 2020. Pero se enfrenta a una economía poco transparente, donde los intereses familiares y de los hombres de negocios próximos pueden frenar esta necesaria apertura al capital extranjero. En este sentido, los Emiratos Árabes Unidos y Catar le llevan una importante delantera.