La escasez y altos precios atormentan a la clase media venezolana
La clase media es la más golpeada por esta crisis, por el limitado acceso a los alimentos de los productos subsidiados, que rara vez llegan a los estantes de los supermercados y abastos
Con información de Notimex
Por primera vez en mucho tiempo la clase media venezolana recorta el consumo, al punto que han dejado de adquirir frutas y carnes rojas y las familias con menos recursos se refugian en la compra de arroz, harina y pasta, afirmó el sociólogo Jairo Maldonado.
“La sociedad venezolana ha devenido en una masa de hombres y mujeres atormentados por la escasez y el incesante incremento en el precio de los alimentos”, precisó el catedrático jubilado de la pública Universidad Central de Venezuela (UCV).
En conversación con Notimex afirmó que la escasez y altos precios de los alimentos afecta a las clase populares de Venezuela, pero también a la clase media, la que decidió comer carne una vez al mes y eliminó de sus compras las frutas importadas.
“La clase media es la más golpeada por esta crisis, ya que su acceso a los alimentos está limitado por los distribuidores oficiales de los productos subsidiados, que por cierto, nunca llegan a los estantes de los supermercados y abastos de urbanizaciones selectas”, destacó.
La señora Narda Benmamán expresó a Notimex que los automercados de la urbanización Valle Alto nunca tienen productos regulados y que cuando por casualidad estos llegan, inmediatamente son acaparados por personas que no pertenecen al sector.
“No sé de dónde sale tanta gente, lo cierto es que nosotras no podemos comprar nada, porque estas personas amanecen en la fila y se llevan todos los productos, los cuales son revendidos en el centro de Caracas a precios elevados, según me han dicho”, precisó.
Sonia Fuentes, abogada, refirió que vive en la urbanización Santa Paula y que las personas que allí residen se abstienen de comprar en los automercados de la zona, pues gente de otras partes las insultan y les impiden que hagan su respectiva cola (fila).
“Hace poco llamé a la Policía Nacional Bolivariana (PNB) y mandaron una patrulla, pero los policías en lugar de imponer el orden, lo que hicieron fue entrar al establecimiento, para luego salir cada uno con una bolsa de comida, obsequiada por el dueño del automercado”, denunció.
Gladys Vethencourt, profesora jubilada dijo a Notimex que en su casa se come una vez al día. “Eliminamos el desayuno y la cena, porque el sueldo no nos alcanza para la manutención de seis personas. Compramos pocos alimentos, comemos muy mal, pero qué se va a hacer...”.
Maldonado señaló que la situación de las personas de clase media es lamentable, ya que socialmente están impedidas de asistir a Mercal o PDVAl a realizar sus compras, por el temor de ser vistas por personas conocidas o residentes de su misma urbanización.
“Conozco de dos señoras residentes de Cumbres de Curumo, que fueron agredidas a las puertas de un Mercal en Minas de Baruta, cuando esperaban su turno para comprar barato. La gente del barrio las insultó y las sacó violentamente a empellones de la cola”, dijo.