Gobierno venezolano genera suspicacia por reacción ante diálogo Colombia-OTAN
El dirigente de PJ, Richard Casanova, afirma que en todo caso el presidente Nicolás Maduro debió quedarse callado ante una decisión que sólo atañe a Colombia, como es dialogar sobre la lucha contra el crimen organizado
Niurka Franco
“Colombia está en su derecho de buscar salidas a los problemas que puedan afectar su tranquilidad y estabilidad como país, mediante acuerdos con los organismos internacionales que desee y Venezuela no puede interferir en ello, gústele o no”, afirma el dirigente de PJ en el estado Anzoátegui, Richard Casanova, quien estima que la reacción del gobierno venezolano deja mucho que desear.
Refiere que hasta ahora y de acuerdo con el anuncio oficial del gobierno colombiano, lo que se ha planteado es un diálogo con la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), para enfrentar problemas como el crimen organizado, el terrorismo y el narcotráfico, por lo que en todo caso, a Venezuela correspondería guardar silencio si es que no se desea apoyar, pero nunca asumir una postura en contra, porque denota una vocación delictiva por parte del gobierno.
“Si el gobierno no la debe, no la teme. Es sospechoso que siempre que se intenta investigar corruptelas, acciones de narcotráfico, deficiencia en los servicios públicos, fracaso en las políticas económicas y otros males que afectan a la República, desde el gobierno siempre se echa mano del argumento del plan terrorista o de la conspiración, el cual parece ser bueno para todo”.
Desde la perspectiva del dirigente de PJ, Colombia está en todo su derecho de decidir con quién dialogar y con quién no y en todo caso si existen organizaciones vinculadas al crimen organizado en ése país, corresponde a ellos pronunciarse, no a Venezuela.
Advierte que correspondería a un gobierno serio, aplaudir cualquier iniciativa que busque mejorar el clima de paz y estabilidad que merece la región o en el mejor de los casos, no pronunciarse para no dejar en evidencia la vocación delictiva de un Estado en el que afirma, se ha perdido todo residuo de dignidad y de decencia.
Soporta lo antes dicho en situaciones como el caso de los sobrinos de la pareja presidencial, condenados por narcotráfico en los Estados Unidos, el viaje a las Bahamas en avión privado que hace el alcalde del municipio Guanta, Jonathan Marín, en momentos en los que la situación del país es crítica y la gente come de la basura, la elevada inflación, el revuelo que causa la falta de billetes y el cambio del cono monetario, entre otras “menudencias”.