​El pan canilla hace meses que no se ve, mientras otras presentaciones como campesino y sobado se observaban de manera intermitente, cada vez con un precio más elevado. Hoy panaderías no ofrecen pan

Niurka Franco

A medida que se acerca la navidad, pareciera que se agigantan las penitencias para los venezolanos porque después de unos días en los que al menos contábamos con pan, caro pero seguro, ahora ni eso, afirma Liduvina Parababire a su salida de un negocio de “exquisiteces” como llaman a las panaderías en la zona norte.

“No hay pan de ningún tipo, tampoco se consigue harina de maíz para hacer arepas, ni de trigo para aunque sea preparar panquecas, será que nos quieren matar de hambre”, comenta la mujer que se disponía a abandonar el local que según comentó, era el tercero que visitaba en busca de pan.

Al respecto, Julián Chaguan se quejó al señalar que las panaderías producen de todo, menos el pan que necesita la población. “A los dueños de estos negocios les importa es su propio interés, que suene la caja registradora, les da lo mismo que la gente pase necesidad, por eso no hay harina para pan, pero sí hay para cachitos, pastelitos y otras cosas por las que piden un dineral”.

Aunque el equipo de el mercurioweb.com intentó comunicarse con el presidente de la Asociación de Panaderos, José Da Costa, fue muy poco lo que pudo aportar, señalando que en el país está escaseando todo en este momento y que la harina no es la excepción, de ahí que cada negocio opta por mantenerse de puertas abiertas con los productos que puede y que requieren menos cantidad de harina.

Amas de casa señalan que ni siquiera se observa el pan rebanado y empaquetado que dos conocidas empresas fabricantes siempre tienen a disposición. “Desde hace varias semana si ese pan se consigue, los distribuidores surtían los jueves pero tienen ya tres semanas perdidos” apunta una joven mujer para remarcar que seguramente el alza del dólar ahuyentó el pan que regresará por las nubes. “El trigo es importado, si ahorita un pan campesino cuesta 1000 bolívares, no quiero ni imaginar cuánto costará cuando reaparezca”.