El Mercurio Web | Noticias, Información y Análisis

View Original

Trabajadores de la zona industrial tiemblan cuando llueve

​Ante las lluvias, trabajadores que prestan servicios en las pocas empresas que aún existen en el sector Los Montones, deben armarse de valor para entrar o salir del lugar donde reina la desidia

Niurka Franco

Para quienes trabajan en la zona industrial Los Montones, entrar o salir del lugar constituye una verdadera proeza, sobre todo cuando llueve, debido a los cráteres que deben atravesar con dificultad, incluso, a bordo de vehículos rústicos.

Pocos minutos de lluvia en la capital del estado implican un dolor de cabeza para la gerencia de las pocas empresas que aún subsisten, porque deben establecer planes de contingencia para movilizar a su personal.

Una joven ingeniero que prefirió no identificarse y que presta servicios en la empresa Duncan, afirma que se requiere una fuerte dosis de valentía y de necesidad para mantenerse firmes y no claudicar ante tantas calamidades como la inseguridad y la precariedad de los servicios en lo que antes fue un lugar que simbolizaba el progreso. Señala que muchas veces los trabajadores, presos de pánico prefieren ausentarse antes que poner en riesgo sus vidas acudiendo a sus sitios de trabajo, situación de la cual los jefes están conscientes.

Advierte que las lluvias caídas en las últimas horas en la capital del estado, han puesto de relieve una vez más, no solo el desastre que reina en la zona industrial, sino también el poco interés que tienen las autoridades locales por mejorar las condiciones a quienes desde allí intentan aportar su grano de arena en pro del desarrollo del país.

“Muchas veces hemos pensado cerrar y dedicarnos a otra actividad porque realmente no es fácil mantenerse en estas condiciones. En reiteradas oportunidades hemos ofrecido nuestro concurso para mejorar la vialidad y el drenaje, pero no hemos tenido en absoluto, apoyo de las autoridades”, aseguró el encargado de una de las pocas empresas que aún permanecen abiertas, quien prefirió el anonimato, señalando que de nada sirve denunciar o exigir participación alguna de los entes gubernamentales.