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Pedro Galvis: La crisis económica es consecuencia de años de malas políticas, despilfarro y corrupción

El dirigente político Pedro Galvis, está convencido de que la caída de los ingresos petroleros no es la causa de la crisis que vive el país, sino los años de erráticas políticas, el despilfarro y la corrupción

Niurka Franco

Para el  dirigente político Pedro Galvis, no es la caída de los ingresos por la baja del precio del petróleo lo que produjo la crisis que hoy padece Venezuela, sino los  muchos años de equivocaciones, malas políticas, despilfarro y corrupción.

Afirma no obstante, que el drástico declive a en el precio de los hidrocarburos, lo que hizo fue terminar  de quitarle  la máscara a la política de luz para la calle y oscuridad para la casa, que ha mantenido el gobierno, al cual ahora le toca reconocer que no puede seguir regalando el petróleo de los venezolanos a Cuba y al  resto de sus amigos internacionales, mientras condenan al pueblo a una crisis nunca antes vivida de desabastecimiento de alimentos y medicinas producto del ataque sistemático al aparato productivo que obligó a cerrar miles de fábricas en el país.

Reconoce Galvis que la caída de los precios del crudo ha agudizado el problema, pero señala que  al gobierno le toca explicar qué hicieron con los más de  1.600 millones dólares que le correspondió administrar

“Deben rendir cuentas del manejo de los ingresos producto de la larga bonanza petrolera que le permitió  a otros países como los Emiratos Árabes Unidos, ahorrar más de 755 mil millones de dólares, más de 611 mil millones a Noruega o los 532 mil millones ahorrados por Arabia Saudita”.

Afirma que muy por el contrario, en Venezuela no hay ahorros ni reservas internacionales, solo sirvió para multiplicar la deuda externa por 10 a más de 209 mil millones de dólares. “De haber contado con un manejo responsable de esos recursos, hoy el país no atravesaría por el calvario que significa la crisis actual, cuyo rostro apenas comenzamos a observar”.

Refuta la tesis expuesta por los representantes del gobierno al intentar convencer que  la falta de productos en los estantes es por fallas en la distribución, subrayando que no se puede distribuir lo que no existe, porque la realidad es que en el país no hay producción.

Califica como una farsa el anuncio sobre la diversificación de las exportaciones, apuntando que quienes hacen tales anuncios saben que destruyeron la capacidad productiva nacional. “Para  exportar se debe primero producir”, dijo para acotar que mientras no se resuelva  la crisis de abastecimiento interno es una utopía hablar de exportación de productos distintos al petróleo y sus derivados.

En cuanto al planteamiento de atraer  inversiones extranjeras, Galvis  no titubeó al afirmar que ello es prácticamente imposible, mientras  no honren  sus obligaciones con las empresas con las que han hecho negocios.

Citó el caso de  las denuncias que por  falta de pago que hicieron productores uruguayos a quienes compraron leche y carne que no han cancelado. “ O lo que denuncian las aerolíneas internacionales que declaran millones de dólares en pérdidas por no poder repatriar su dinero a consecuencia de un control de cambio, que a su juicio tiene como mayor logro el haberse convertido en una de las más grotescas formas de corrupción, que ha enriquecido a rojos disfrazados de empresarios”.

Fue categórico al afirmar que nadie se come el cuento de que la crisis es producto de la enorme caída de los precios del petróleo, sin explicar por qué a diferencia de otros países donde la bonanza petrolera de esta era dejó en sus arcas ahorros  para compartir con las generaciones de los próximos 20 años,  a los venezolanos nos deja solo endeudamiento y ruinas mientras continúa la política de regalía a los amigos internacionales del gobierno.

“Maduro ha tenido la oportunidad de rectificar, pero insiste en profundizar ‎las políticas que han arruinado a los venezolanos, el decreto de emergencia económica no corrige las fallas que han originado la crisis, y más que el suicidio del proyecto socialista chavista, significaría un genocidio económico contra el país y los venezolanos”.