El Mercurio Web | Noticias, Información y Análisis

View Original

Informe de la Cepal indica que el chavismo ahuyenta inversiones extranjeras directas en Venezuela

Caen inversiones extranjeras directas en Venezuela

La contracara del derrumbe venezolano es Chile: la IED creció un 14% en 2014 hasta tocar los 19.796 millones de euros

 Con nota de ABC

De acuerdo con un análisis de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), publicado por el rotativo ABC de España, los efectos de la depresión económica y las restricciones al mercado de divisas se han hecho sentir en la llegada de dinero fresco a Venezuela. Se señala que en 2014, la inversión extranjera directa (IED) se derrumbó un 88% respecto del año anterior, lo que supone un declive sensiblemente mayor al promedio latinoamericano en ese mismo período. El país de Nicolás Maduro sufrió la peor caída en la colocación de capitales extranjeros a largo plazo entre todas las naciones pertenecientes a Sudamérica y Centroamérica.

El dato según refieren surge del último informe anual «La Inversión Extranjera Directa en América Latina y el Caribe 2015», presentado días atrás por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal). Según el documento, realizado en base a estimaciones oficiales, la IED en Venezuela cayó desde 2.411 millones de euros en 2013 a apenas 287 millones en 2014. Ese desplome de 88% es mucho mayor que la caída de 16% que registró la región en su conjunto.

De ese modo, la IED en Venezuela tocó su mínimo del último lustro y fue casi veinte veces menor que en 2012, cuando había alcanzado su máximo nivel de la era chavista. Venezuela se convirtió así en el segundo país sudamericano que recibió un menor flujo de divisas, solo por detrás de Paraguay. El informe de la Cepal debería preocupar al Gobierno de Maduro, ya que la IED suele ser un indicador certero de la confianza que los inversores privados tienen en las condiciones económicas de un determinado país.

Un año para el olvido

«En 2014 la inversión extranjera directa en Venezuela se redujo considerablemente —detalla el análisis de la Cepal—. En años anteriores las inversiones se habían incrementado por las restricciones a la salida de divisas, que dificultaban a las empresas extranjeras la repatriación de sus beneficios, por lo que debían buscar oportunidades de inversión en el país». El informe subraya que «es probable que debido a la contracción económica, estimada en un 3% del PIB en 2014, las empresas transnacionales hayan visto caer sus utilidades y que por ello hayan reducido también la reinversión de beneficios».

A su vez, la recesión económica venezolana se asocia en parte a las restricciones a las importaciones y al mercado de divisas impuestas por la administración chavista. La Cepal señala, por ejemplo, los problemas que estas políticas implicaron para la industria del automóvil, en la que Venezuela era hasta hace poco uno de los principales actores de Latinoamérica. La producción automotriz se desplomó un 75% entre 2013 y 2014. La Comisión adjudica este declive a la «limitada disponibilidad de piezas y a la falta de acceso a divisas» en el país caribeño.

En cuanto a la tendencia global de América Latina y el Caribe, lo que se observa en el exhaustivo informe es una reversión de la tendencia observada en la última década, cuando los flujos de IED registraron un alza permanente, excepto en 2006 y 2009. En 2014, las entradas de inversiones sufrieron el impacto de la desaceleración económica y la caída de los productos básicos de exportación que fabrican los países de la región.

En opinión de Alicia Bárcena, secretaria ejecutiva de la Cepal, «las políticas de los países de América Latina y el Caribe no deberían orientarse a recuperar los montos de IED alcanzados en la última década, sino a atraer aquella IED que contribuya a la diversificación productiva». 

La contracara del derrumbe venezolano es Chile: la IED creció un 14% en 2014 hasta tocar los 19.796 millones de euros, un número que sin embargo se mantiene lejos del espectacular récord de 2012, cuando el país andino registró ingresos por casi 30.000 millones de dólares.

Las empresas de Estados Unidos y Europa —especialmente las de los Países Bajos— siguen siendo las principales inversionistas en la región, aunque la inversión directa proveniente de Asia pasó de 5% a 6% en 2014 y promete continuar al alza en los próximos años. China seguirá teniendo un rol protagónico en esa nueva tendencia.