Estudiantes de UDO Anzoátegui se debaten entre comer o sacar copias
El costo de la vida no discrimina entre profesionales trabajadores y estudiantes. A estos últimos les toca la peor parte, pues la mayoría carece de recursos para costear residencia, comida y fotocopiar material bibliográfico
Niurka Franco
“Si como no saco copias y si opto por lo segundo paso el día pensando que tengo hambre y no puedo concentrarme en estudiar”, relata Ricardo Rodríguez, estudiante Ingeniería Industrial, oriundo de Margarita y según explica, tiene que pagar residencia, transporte, comida y material de estudio.
“Cuando el comedor funciona almuerzo aquí, pero cuando no, me toca comerme una bala fría y aguantarme, porque hasta una botellita de agua cuesta caro”. Añade que muchas veces espera a llegar a la residencia para poder comer.
“Mi mamá antes me mandaba mercado, pero ahora no porque allá se consigue menos que aquí, así que me toca sobrevivir”.
La experiencia de Ricardo es similar a la de Alejandra, cursante del sexto semestre de Contaduría en la Escuela de Ciencias Administrativas.
“Por lo general no desayuno, porque salgo muy temprano, trato de almorzar algo económico cuando traigo dinero o espero a comer en la tarde cuando regreso a mi casa, por fortuna soy de aquí y siempre tengo comidita caliente, pero paso mis buenas horas de hambre, sobre todo cuando saco copias”.
Comenta que hace apenas un año recibía una mesada de 2 mil bolívares (500 para cada semana).
“Con eso comía, sacaba copias y hasta podía chuchear, hoy en un día se me pueden ir los 500 porque hay guías que son obligatorias y pueden costar hasta 400 bolívares, si a eso le sumamos el pasaje y lo que pueda comer, más bien tengo que pedir fiao, porque no alcanza”.
En los distintos cafetines y puestos de comida, diariamente los muchachos pueden comprar desayunos y almuerzos pero la suma de éstas, no bajan de 320 bolívares.
Un pastelito de queso, carne o jamón y queso cuesta entre 70 y 80 bolívares, mientras un jugo o nestea oscila entre 30 y 40 bolívares.
Por lo general los almuerzos cuestan 200 bolívares, lo que indica que un estudiante para poder desayunar y almorzar en la UDO debe disponer mínimo de 400 bolívares diarios, es decir que de lunes a viernes debe disponer de 2 mil bolívares, lo que hasta hace poco, era la mesada de Alejandra.
“Por lo general a los estudiantes nos preguntan por qué estamos flacos y muchas veces hablamos para dentro para no tener que decir: por culpa de las fotocopias”.