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Cámara de Turismo de Anzoátegui llama a tomar previsiones

Gabriel Laclé afirma que el caos que se originó en el embarcadero de Puerto la Cruz  durante Semana Santa, no puede, ni debe repetirse

Niurka Franco

@ConFranqueza

Un estado que se autodefine como turístico, a la hora de recibir a los visitantes, debe tener la mesa servida y no estar improvisando cuando ya todos están listos para el disfrute. Al  menos esta es la percepción de Gabriel Laclé, presidente de la Cámara de Turismo del estado Anzoátegui.

Explica el representante de empresas turísticas, que durante el asueto de la Semana Mayor, mucho fue el alarde acerca del volumen de turistas. “Se llegó a hablar de 1 millón 500, aun cuando es sabido que en la entidad no hay cama pa´tanta gente”.

Observa que al cotejar  el número de 21 mil camas, éste sólo permitiría la pernocta de unas 800 mil personas. No obstante, aclara que más que contrariar la versión de voceros gubernamentales, de lo que se trata es de alertar sobre la necesidad de tomar las previsiones del caso, para futuras temporadas, como por ejemplo la de agosto, cuando por tradición, el grupo familiar se desplaza unido a la hora de vacacionar.

Hizo mención a la situación que propios y visitantes debieron soportar en el paseo La Cruz y el Mar, donde la cooperativa que presta el servicio de traslado hacia las islas del Parque Nacional Mochima, no tomó las previsiones del caso para permitir la incorporación de botes adicionales, ante la insuficiencia de los existentes, por lo que muchos bañistas quedaron varados.

“Es importante referir que cuando se espera la afluencia de personas a un destino, hay  que dotar los hoteles, puesto que muchos operadores se quejaron al no contar con inventarios suficientes de amenidades como jabón de tocador, papel higiénico, shampoo, entre otras”.

Destacó además, que el turismo no sólo implica ofrecer sol y playa, la seguridad, servicios adecuados, lugares de esparcimiento limpios y la debida información acerca de las playas prohibidas, es parte de lo que debe ofrecérsele a un visitante, amén de un trato cordial y precios acordes de manera que no se sienta estafado y sienta deseos de volver.