"Regulación de precios sólo ha traído caos"
Presidente de Fedecámaras asegura que a partir de los controles todos los precios se dispararon. Amas de casa se preguntan dónde hay aceite a Bs 28
Niurka Franco
@ConFranqueza
El Gobierno quiso hacer una gracia estableciendo control de precios en los productos de primera necesidad y resultó ser la peor de las morisquetas, porque lejos de beneficiar a la población más débil económicamente, la perjudicó.
De esta manera lo expresó Carmen Aristiguieta, docente jubilada, quien añade que antes de que existieran las “benditas regulaciones”, los productos se conseguían en cualquier anaquel, fuera de bodega o automercado.
“Bastó y sobró que se pusieran a inventar las regulaciones para que desaparecieran y la verdad, es que estamos viviendo una pesadilla en la que se habla de precios que no existen”.
La docente hizo mención al anuncio reciente sobre la autorización de un aumento en los precios del aceite y la pasta, recalcando que pareciera que están hablando de otro país.
“Se dice que la Superintendencia de Precios Justos (Sundde) autorizó el aumento de la pasta con mezcla de trigo a 15 bolívares el kilo y el aceite a 28 bolívares el litro y los consumidores nos preguntamos dónde se consigue pasta y aceite a esos precios, porque yo llevo más de un año comprando pasta a 45 una y hasta en 90, dependiendo la marca, mientras que el aceite comestible cuesta 72 bolívares”.
Sobre el tema, Luis Medina, presidente de Fedecámaras Anzoátegui asegura que la escasez tiene su origen en la política de controles puesta en marcha por el Gobierno.
El dirigente del ente empresarial recordó que hace tres años aproximadamente, cuando todavía los controles de precios en los productos básicos no existían, éstos estaban a disposición del consumidor.
Recordó que el producto más caro es aquel que no se consigue y que el sector más afectado por la errática política, es sin duda el de la clase media, la cual no dispone de tiempo para hacer el periplo que día a día hacen amas de casa y los llamados “bachaqueros” por los distintos comercios, a fin de conseguir los productos de primera necesidad.
Medina precisa que a la postre, las regulaciones sólo han servido para incentivar un mercado paralelo, donde unos pocos se benefician en detrimento de muchos que al no encontrar los productos, se ven obligados a adquirirlos al precio que sea, llámese, leche, papel higiénico, pañales, medicamentos o cauchos para vehículos.